Otra
vez nos encontramos ante un nuevo episodio del denominado sistema financiero
español. Estos días hemos visto como desaparece otro banco importante en
nuestro país. Esta semana el FROB (Fondo de ¿Reestructuración? ¿Ordenada?
Bancaria) intervenía el Banco Popular decretando su venta por 1€ al Banco de
Santander.
Este hundimiento nos
preocupa por muchos motivos, pero muy especialmente por los miles de
trabajadores de la entidad.
Desde 2008 son más de
80.000 los puestos de trabajo destruidos en el sector financiero español.
Nuestro país no se puede permitir la destrucción de empleo como la solución al
proceso de reestructuración del sistema bancario y más aún en este caso, en el que
este pasado mes de diciembre finalizó el Expediente de Regulación de Empleo
(ERE) que se llevó a cabo en el Banco Popular y que supuso la desvinculación de
cerca de 2.600 empleados y dejando en plantilla a 12.000 personas. El Banco de
Santander también realizó recientemente un proceso similar que llevó a dejar su
puesto a cerca de 2.500 trabajadores y trabajadoras (sin olvidar los muchos
procesos de “adelgazamiento” de plantillas que ya llevó a cabo de manera no
traumática gracias a la acción sindical de UGT, entre otros).
Todo parece indicar
que en los próximos meses Ana Botín, a la sazón “nueva dueña” del Popular,
podría tomar decisiones importantes respecto a la plantilla. De hecho, Botín ha
anunciado una reducción de los gastos que se sitúa en torno al 33%.
Desgraciadamente, es posible que los trabajadores y trabajadoras del sector
bancario vuelvan a sufrir las decisiones de unos directivos que olvidan
constantemente a la sociedad.
La ineptitud de los
directivos del Popular y la pasividad del Gobierno y los reguladores han sido
las principales causas que nos han llevado a este punto, como ya ocurrió en
nuestro pasado reciente (recordad casos de Bankia, CAM…). Tanto el Banco de
España como CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) no han sido capaces
de impedir los movimientos bursátiles cortoplacistas que empujaron las acciones
del Popular a la baja, y siguen demostrando una falta de control de la
situación.
Esos movimientos se
han sumado o han sido el colofón al bucle de decisiones erráticas que en los
últimos meses ha llevado a cabo una Dirección que ha acabado abandonando la
nave con indemnizaciones millonarias y dejando en la estacada a 300.000
accionistas que han perdido el 100% de su inversión. Miles de afectados que
deberán pedir ahora explicaciones a los gestores del banco ante los posibles
errores cometidos y que han llevado a la entidad a agotar la liquidez en tan
solo dos dias.
Desde UGT vemos
intolerable que se use al trabajador para enmendar un problema que una vez más
no es achacable a su trabajo. Los trabajadores y trabajadoras no pueden ser los
que paguen los platos rotos de unos directivos que solo piensan en sus
beneficios y que son premiados aunque llevan a un banco a la quiebra.
Fuente: Valor Sindical de Pepe Álvarez
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