La operación para
reducir a cero todo el capital del Banco Popular y absorber así pérdidas antes de venderlo por 1 euro al Santander hizo que algo más de 300.000
accionistas -de ellos, 250.000 minoritarios- perdieran toda su participación en
el banco. Son aquellos que decidieron no deshacerse de sus títulos antes del
miércoles, cuando la CNMV decidió suspender la cotización por la
compra.
Entre
los que perdieron figuran los grandes accionistas del banco, desde la
sindicatura vinculada al Opus Dei -tenían más del 9 %- hasta los inversores
mexicanos Del Valle, los chilenos Luksic o la gallega Fundación Barrié. Entre
los que escaparon a tiempo figura un fondo que durante meses fue el segundo
máximo accionista: el norteamericano Blackrock. No es un inversor cualquiera:
se trata de la mayor gestora por activos de todo el planeta, con un patrimonio
de unos 4,5 billones de euros. Entre los días 30 y 31 de mayo se deshizo de
casi 98 millones de acciones del Popular, reduciendo su participación del 4 al
1,7 %. Tres días después, los accionistas lo perdieron todo. Lo curioso es
que Blackrock es el máximo accionista individual del Banco Santander, el que
compró el banco por un euro. Ostenta un 5 % del capital, según la CNMV.
Mientras,
despachos de abogados han emprendido ya las primeras acciones judiciales en la
Audiencia Nacional contra el último consejo de administración del Banco
Popular. Además, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha anunciado
que la próxima semana también presentará una querella en este sentido. Durán y
Durán Abogados presentó ayer una denuncia que pide al juzgado central de
instrucción de guardia, que esta semana es el número 2, que dirige Ismael
Moreno, que dirija su investigación contra el ya expresidente del Banco Popular
Emilio Saracho.
Fuente: La Voz de Galicia
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