El coste que el rescate bancario ha tenido para lo sociedad no se reduce a
los 60.718 millones de euros que ha estimado el Tribunal de Cuentas. También se
han destruido más de 73.000 puestos de trabajo (de 2008 a 2015, ambos
inclusive), a los que habría que sumar no menos de 7.000 perdidos en 2016,
cifra estimada a falta de datos oficiales.
El Sector Federal de FeSMC-UGT en Financiero, Oficinas y Seguros, añade una
brutal pérdida de empleo a la cuantificación económica que ha realizado el
Tribunal de Cuentas, a fecha de 2015, por lo que la sociedad no sólo ha puesto
del erario público, en concreto el FROB 41.786 MM de euros, más los 18. 932 MM
de euros que ha aportado el Fondo de Garantía de Depósitos –constituido por las
entidades financieras, pero de forma indirecta con dinero de los clientes-.
Según este Sector Federal de FeSMC-UGT, desde 2008 a 2015, se han destruido
más de 73.000 puestos, a los que habría que añadir los 7.000 que a modo
estimativo se han producido en 2016; principalmente en los procesos que han
tenido lugar en Banco de Santander y Banco Popular, aunque no han sido los
únicos.
Esta enorme pérdida de empleo tiene su efecto directo en las cifras
de desempleo, en un país con 10 puntos más que la media de la UE11, efecto
nocivo que perjudica al conjunto de la sociedad.
A la destrucción de puestos de trabajo, el Sector Financiero, Oficinas y Seguros de FeSMC-UGT denuncia el cierre de más de 14.500 oficinas bancarias, en el mismo periodo temporal (2008-2015), lo que en gran medida está ligado a la destrucción de empleo en el sector y con un efecto dañino para los ciudadanos y ciudadanas que han visto como, a la ya de por sí exclusión financiera que muchos vienen sufriendo, se han visto desprovistos de oficina bancaria en la que poder ejercer sus necesidades financieras más básicas, obligando a largos desplazamientos.
A la destrucción de puestos de trabajo, el Sector Financiero, Oficinas y Seguros de FeSMC-UGT denuncia el cierre de más de 14.500 oficinas bancarias, en el mismo periodo temporal (2008-2015), lo que en gran medida está ligado a la destrucción de empleo en el sector y con un efecto dañino para los ciudadanos y ciudadanas que han visto como, a la ya de por sí exclusión financiera que muchos vienen sufriendo, se han visto desprovistos de oficina bancaria en la que poder ejercer sus necesidades financieras más básicas, obligando a largos desplazamientos.
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