Desde la última gran crisis financiera, los bancos han fortalecido sus
balances en gran medida. Aún tienen camino que recorrer para alcanzar las metas
fijadas por los reguladores, pero el capital ha dejado de ser el principal
problema a resolver. Eso sí, hace falta tomar medidas para que los esfuerzos
acometidos no sean en balde.
La clave para preservar la resistencia del sector financiero es asegurar su
rentabilidad en el difícil contexto de tipos de interés en mínimos históricos y
débil crecimiento, advierte el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus
siglas en inglés). En su último informe anual, se suma a las voces que
aconsejan a las entidades cerrar oficinas y eliminar empleos para garantizar el
retorno sobre su capital y atraer inversores.
Mantener la rentabilidad requerirá que los bancos identifiquen su exceso de
capacidad y recorten costes, mientras buscan ganancias de eficiencia en la
innovación tecnológica, dice la organización con sede en Basilea integrada por
56 bancos centrales, entre los que figuran el BCE, la Fed, el Bundesbank y el
Banco de España.
Aunque la institución que encabeza Jaime Caruana no concreta en qué países
hace más falta reducir la estructura comercial de la banca, subraya que la
densidad de oficinas por habitantes es indicador de exceso de capacidad
instalada. Y España figura a la cabeza de esa métrica.
España lidera el ránking desde que arrancó la crisis financiera
internacional en 2008, aunque desde entonces sus bancos también han acometido
el mayor adelgazamiento de sucursales del conjunto de países analizado.
En seis años, la banca española ha pasado de contar con un centenar de
oficinas por cada 100.000 habitantes mayores de edad a contar con 70
sucursales, lo que significa una reducción del 30%, muy superior al recorte
llevado a cabo por la italiana, que ha pasado en este periodo de 65 a 60.
Aunque este indicador [de densidad de oficinas] ha caído de forma
generalizada tras la crisis financiera, sigue siendo alto para diversos países
europeos según los estándares internacionales subraya el BIS, que de esta
manera deja entrever la necesidad de una nueva purga generalizada de oficinas y
empleos en España.
Santander abrió la veda a finales de marzo con el anuncio de un plan de
recortes que se ha concretado en 450 oficinas y 1.380 puestos de trabajo, y a
continuación se dio a conocer el plan de Unicaja de eliminar 975 sucursales y
52 empleos. CaixaBank informó a analistas de su intención de reducir entre 260
y 310 oficinas este año, mientras que BMN clausurará unas 60 a lo largo de este
ejercicio. Todo apunta a que habrá nuevos anuncios a la vuelta del verano.
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