El síndrome de "estar quemado" (síndrome de "burnout" en inglés) ha sido
reconocido por el Juzgado de los Social 10 de Las Palmas como razón de peso
para dar las incapacidad permanente a una matrona de 40 años, que le ha ganado
la lucha al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
La mujer padece desde hace
años un cuadro ansioso-depresivo, con una "sintomatología
de estirpe ansiosa, con tensión, irritabilidad, desespero, inquietud,
sintomatología psicosomática, a la vez que un agotamiento progresivo, en gran
medida derivado de su estrés y de sus trastornos de sueño".
Además, la trabajadora tenía "una visión pesimista frente a la posibilidad
de poder continuar en su actual entorno y de sentirse incomprendida, ha visto
incrementar los problemas en su entorno inmediato que afectaban de forma
notable a sus relaciones interpersonales y vida familiar".
De esta manera, después de cinco años de bajas laborales y actitudes por parte de la Dirección del Hospital que ella define como de "acoso", el juez le ha reconocido la incapacidad permanente. Y lo ha hecho teniendo en cuenta que "el desgaste mantenido en el tiempo había ido minando sus mecanismos personales de defensa, con repercusión en áreas añadidas de su vida, fuera de la estrictamente laboral".
De esta manera, después de cinco años de bajas laborales y actitudes por parte de la Dirección del Hospital que ella define como de "acoso", el juez le ha reconocido la incapacidad permanente. Y lo ha hecho teniendo en cuenta que "el desgaste mantenido en el tiempo había ido minando sus mecanismos personales de defensa, con repercusión en áreas añadidas de su vida, fuera de la estrictamente laboral".
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