La presidenta de Banco Santander, Ana Botín,
percibió 7,49 millones de € de retribución en 2015, con un aumento del 11,6%
que se debe a su cambio de funciones, ya que en 2015 fue presidenta el año
completo y en 2014 ostentó este cargo solamente durante tres meses y medio.
Según el informe anual de la entidad, la
remuneración fija y variable de abono inmediato de Botín fue de 4,88 millones
de euros, con un aumento del 9,4%, cifra a la que se suma el variable diferido
y condicionado que percibirá a lo largo de los próximos cinco años.
El informe detalla que el conjunto del
consejo de administración percibió una remuneración de 29,7 millones de euros,
con un aumento del 12,4% que se debió tanto al cambio de funciones de la
presidenta como a la incorporación de Rodrigo Echenique como consejero
ejecutivo.
Según ha informado la entidad, la
remuneración de los consejeros ejecutivos y la alta dirección del banco bajó un
22,7% en 2015, hasta 80,8 millones de euros.
La remuneración fija de 2016 de los
consejeros ejecutivos, que son Ana Botín, José Antonio Álvarez, Matías
Rodríguez Inciarte y Rodrigo Echenique, se ha congelado, según ha informado la
entidad.
En los
tiempo que corren, cobrar estas cantidades es socialmente inmoral e
irresponsable. Aún más, cuando los trabajadores del Santander llevan un año sin convenio y con la seria amenaza de la pérdida de la ultraactividad como espada de damocles, al igual que el resto de empleados de la banca.
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