La entidad financiera más grande de Alemania,
Deutsche Bank, planea llevar a cabo una severa reestructuración en su
plantilla con la reducción de unos 23.000 puestos de trabajo. Mediante el recorte de empleos en
actividades tecnológicas y la escisión de su filial PostBank, el banco alemán
prescindirá de la cuarta parte de sus trabajadores.
De confirmarse este ajuste, del que han
informado fuentes financieras a Reuters, la plantilla de Deutche Bank
pasará a tener 75.000 efectivos a tiempo completo bajo la dirección del nuevo consejero de la entidad, que asumió
el cargo el pasado mes de julio, John Cryan. Y es que Cryan, el máximo
ejecutivo del banco alemán, habría presentado los detalles preliminares del
plan de reestructuración a los miembros del consejo de supervisión de la
entidad durante el fin de semana.
En este sentido,
el banco estaría revisando principalmente los ajustes a realizar en partes de
sus operaciones tecnológicas y de apoyo (back office), según las fuentes
consultadas por Reuters, quienes aseguran, además, que en PostBank, la división
de la compañía que cuenta con una plantilla de 15.000 trabajadores, se
recortarán unos 8.000 empleos una vez que se complete su escisión, prevista
para 2016.
Pese a que la entidad alemana obtuvo un beneficio
neto de 1.377 millones de euros en los seis primeros meses de 2015 (con una
mejora del 2,7% respecto al mismo periodo del ejercicio
anterior) y su cifra de negocio neta se incrementó un 20,3%, hasta los 19.553
millones de euros, Cryan ya había expresado la necesidad de reducir costes
y complejidad en la organización con el objetivo de mejorar la toma de
decisiones en el seno de la empresa.
La entidad alemana parece no ser la única en reestructurar su plantilla. Otra de
sus homólogas en Italia, Unicredit, también está estudiando un ajuste de 10.000
empleos, lo que equivaldría al siete por ciento de su plantilla, para reducir
costes e impulsar beneficios.
Estos recortes se concentrarán en Italia, Alemania
y Austria, aunque, según Reuters, las cifras exactas son todavía motivo de
discusión y podrían cambiar, de la misma manera
que el número de países afectados.
El banco italiano, que cuenta en la actualidad con
unos 146.600 trabajadores repartidos en 17 países, se está viendo presionado
para impulsar sus beneficios, que están siendo lastrados por los bajos tipos de
interés y que, por ahora, no esperan remontar.
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