lunes, 20 de julio de 2015

La banca española condenada a fusiones en el 2016

Unos elevados costes de capital y unas rentabilidades bajas obligarán a la banca española a adentrarse en una nueva ronda de consolidación en un sector que ya se había encogido hasta dibujar un mapa formado por 14 entidades desde el medio centenar de bancos que había antes de la crisis financiera en 2008.
La nueva vuelta de tuerca al proceso de las concentraciones reducirán el número de entidades a menos de diez, en línea con el número de bancos que existe en Gran Bretaña y en Francia.
El propio Banco de España se ha mostrado recientemente a favor de seguir profundizando en la concentración en España y reducir el número de oficinas al ser el país europeo con mayor número de sucursales por habitante.
De hecho, la nueva concentración de la banca española, que ya recibió en 2012 ayudas europeas por 41.300 millones, se produce en un contexto en el que el crédito se ha reducido desde 2008 en algo más de 500.000 millones de euros y la rentabilidad ha caído al 6,5 por ciento desde niveles superiores al 20 por ciento previos a la crisis.
Con un rendimiento inferior al 3 por ciento frente a un coste del capital cercano al 10 por ciento y una mora superior al 13 por ciento por su elevada exposición inmobiliaria, Banco Popular es uno de los eslabones vulnerables que quedan dentro de la media docena de bancos cotizados y no está previsto que sus cifras cambien mucho cuando publique sus resultados semestrales el próximo 31 de julio, según banqueros.
Como parte de su estrategia defensiva, Popular quiere protagonizar una serie de pequeñas compras en el exterior para intentar no ser absorbida en el nuevo proceso de concentración.
A mediados de 2016 comenzará la nueva ronda de fusiones. Hasta entonces el sector tendrá capacidad para beneficiarse de una caída de los costes de financiación, que Analistas Financieros Internacionales estima podría reportarle a la banca unos ahorros de unos 5.000 millones de euros.
"A partir de ahí 2016 va ser un año problemático porque ya nadie se va a beneficiar de la reducción del coste del pasivo", dijo Paula Papp, socia de AFI.
En este nuevo escenario en el que va a ser la rentabilidad la que marque los tiempos, los bancos procedentes de las antiguas cajas con rentabilidades en torno al 4, 5 ó 6 por ciento, como BMN o Ibercaja, o moras altas, como Liberbank, CajaMar, podrían caer en manos de competidores nacionales más grandes.
Una todavía lenta recuperación crediticia -con un descenso de un 0,2 por ciento entre mayo y abril- coincide con un momento de fuerte competencia comercial en el sector que meterá más presión a este tipo de entidades.
Entre los grandes bancos españoles, BBVA ya ha participado activamente en el proceso de consolidación con las compras de las antiguas cajas de Unnim y de Catalunya Banc.
Entretanto, Santander no ha participado en las fusiones en España. Si bien ha dicho públicamente que su objetivo es el crecimiento orgánico, sería una de las entidades con músculo financiero para desempeñar un papel importante.

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