La desigualdad de los ingresos en los hogares se ha
incrementado de manera importante en España durante la crisis, advierte el último informe de
la OCDE titulado 'Por qué menos desigualdad beneficia a todos'. Lo
achaca, entre otras razones, a los ajustes fiscales, las subidas de impuestos y
los recortes sociales.
Las reformas fiscales introducidas entre el 2007 y
el 2012 han reducido las prestaciones sociales de manera considerable y han
incrementado los impuestos. Los resultados de la simulación muestran que la
consecuencia ha sido una reducción de los ingresos netos para los hogares cuyas
personas trabajan y para los no trabajadores, reza el documento.
En España, el 10% de los hogares más desfavorecidos
perdieron un 13% anual de sus ingresos entre 2007 y 2011, mientras el 10% de
los que más tenían sólo recortaron en un 1,4% anual sus ganancias.
Las desigualdades sociales en los 34 países que
integran la OCDE han alcanzado su máximo histórico desde que este organismo
internacional inició sus mediciones hace treinta años.
Nunca fue tan elevada la diferencia entre ricos y
pobres señala literalmente el informe publicado en París. En el caso concreto
de España, refleja un descenso medio de ingresos familiares del 3,5% durante
los años más duros de la crisis.
La desigualdad de ingresos ha alcanzado niveles
récord en la mayoría de países de la OCDE, pero también en numerosas economías
emergentes. El 10% de la población más rica tiene unos ingresos 9,6 veces
superiores al 10% de la población más pobre, por encima del 7,1 de 1980 o del
9,1 del año 2000.
Este fenómeno se acentúa todavía más en la
concentración del patrimonio, ya que la mitad está en manos del 10% de la
población. El 1% más rico posee el 18%.
Los jóvenes son los más afectados. En torno a la
mitad de los trabajadores temporales tienen menos de 30 años y son los menos
susceptibles de pasar de un trabajo temporal a uno permanente. También crece la
desigualdad entre hombres y mujeres. Ellas cobran un 15% menos.
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