sábado, 18 de abril de 2015

En España, la única reforma laboral que cabe es una derogación de la actual

Nuestro Secretario General, Cándido Méndez, ha afirmado que “España se presenta como el mejor alumno en materia de políticas de austeridad, pero ni el balance económico es positivo (el año que viene las previsiones es que alcancemos el 100% en cuanto a deuda pública) y el balance social y de empleo es claramente negativo. Por eso, “que ahora el Sr. Draghi plantee que lo que es necesario es imponer una nueva reforma laboral me parece un escarnio. Porque lo que ha hecho la última reforma laboral ha sido precisamente agravar la situación del mercado laboral en nuestro país. Los problemas de la dualidad, de los bajos salarios, de contratos de horas, el aumento de horas extraordinarias, muchas de las cuales no se declaran, el deterioro de la negociación colectiva,… todo esto proviene de la reforma laboral. De manera tal, que aquí la única reforma laboral que cabe es una derogación de la actual”. 
Méndez ha hecho estas declaraciones en el marco de la Conferencia Sindical “Repensar Europa. Respuestas sindicales a los efectos de las políticas de austeridad”, organizada por UGT y CCOO, en colaboración con la Fundación Friedrich Ebert, una jornada  que reúne por cuarto año a los máximos dirigentes del movimiento sindical europeo. Todos ellos comparten esta “valoración tremendamente negativa de las políticas de austeridad, pues no han servido para luchar contra la crisis preservando a la vez la cohesión social y el empleo en la UE. Bien por el contrario, tanto el paro (en la doble dimensión paro juvenil y de larga duración de mayores de 45 años) como la desigualdad, la exclusión y la pobreza han crecido de una manera muy grave”.
Nuestro Secretario General ha aludido además a la inmigración, una cuestión que debería ser “una prioridad absoluta” en Europa y, en este sentido, ha reclamado “la necesidad de definir una política de inmigración europea que tenga una dimensión justa, humanitaria y solidaria”.
La actual posición de la UE es “absolutamente rechazable, incluso repugnante”. Esto es un reto, un drama,  que no se puede abordar desde las políticas nacionales, es un problema de Europa. “El hecho de que haya cerca de 400 personas desaparecidas, la última pavorosa cifra reciente, pone de manifiesto la necesidad de buscar una alternativa europea a esta situación”-ha finalizado. 

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