Trabajadores de bancos públicos y privados de 20 de los 27 estados de
Brasil iniciaron ayer una huelga indefinida en reclamo de ajustes salariales y
otras remuneraciones.
Además de las demandas de aumento de sueldos, exigen garantías de empleo,
la supresión de metas abusivas y de asedio moral, y mayor seguridad en los
bancos.
"Queremos más de los bancos, que tienen aquí la más alta rentabilidad
de todo el sistema financiero internacional", subrayó Cordeiro, Coordinador
del Comando Nacional de esta huelga.
Puntualizó que desean un reajuste salarial de 12,5 por ciento, un suelo
básico de dos mil 979,25 reales (unos mil 240 dólares), seguro médico, el fin
de los despidos arbitrarios y otras remuneraciones.
También subrayó que sólo los seis mayores bancos del país (Banco do Brasil,
Itaú, Bradesco, Caixa Económica Federal, Santander y HSBC) acumulan más del 85
por ciento de los activos del sistema financiero nacional.
Estas entidades emplearon más del 90 por cientos de los trabajadores del
sector y registraron un lucro líquido de más de 56 mil millones de reales (más
de 25 mil millones de dólares) en 2013.
Para conseguir estos dividendos utilizaron estrategias, como los despedidos
irregulares, rotaron el personal para reducir sus pagas y forzaron a los
empleados a cumplir metas abusivas, apuntó.
Tales acciones originaron que muchos miles de trabajadores hayan causado
baja el pasado año por problemas de enfermedad o trastornos mentales, señaló.
La huelga ha estallado en la etapa final de la campaña electoral y cuando
restan cinco días para las elecciones generales en este país, donde se elegirá
el nuevo jefe de Estado, los gobernadores, 27 senadores y a diputados federales
y distritales.
Desde aquí, brindamos nuestro apoyo y deseamos todas la suerte del mundo a nuestras/os
compañeras/os en Brasil.
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