La confiscación de los fondos de pensiones ( permitir o fomentar que los fondos de pensiones y otros ahorros a largo plazo puedan invertirse a largo plazo en pequeñas empresas, ahora está muy restringido el tipo de inversiones que se pueden hacer) para impulsar las inversiones en Europa parece cosa de tiempo. Pero de muy poco tiempo. Es tal la escasez de dinero de la banca (pese a las cuantiosas inyecciones de liquidez al sistema financiero, vaya paradoja), que ahora se piensa recurrir a los ahorros de toda una vida de 500 millones de europeos para impulsar la economía.
Por eso que la nueva propuesta de la UE
a instancias del sistema financiero europeo no deja de ser incongruente y
antojadiza. Así y todo, ahí está la ley al borde de ser aprobada por el
tribunal europeo.
Al parecer, la única opción aceptable
para consolidar la unión bancaria europea es el manejo de los fondos de
pensiones, es decir el ahorro de los 500 millones de europeos, que podrían
emplearse en financiar proyectos a largo plazo y que llenen el vacío dejado por
la banca tras el estallido de la crisis financiera. Este hecho tan singular nos
permite detectar las verdaderas dimensiones de la crisis financiera que estalló
en 2008, dado que pese a las billonarias inyecciones de liquidez, mantiene aún
a la economía en total sequía de créditos.
Según los anticipos de este nuevo plan
de la UE, el objetivo es utilizar el ahorro de los fondos de pensiones para
generar préstamos a largo plazo que ayuden a movilizar la estancada economía
europea. Si esto es legal o no, la propia UE se encargará de establecerlo y de
apuntar sus mecanismos. Pero los riesgos que implica una operación de tal
magnitud mientras la crisis financiera se encuentra en pleno desarrollo son
considerables.
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