jueves, 13 de febrero de 2014

JUSTICIA Y NO VENGANZA

Para algunos las motivaciones comerciales rayan en comportamientos agresivos contra los trabajadores.

Últimamente en varias circulares, UGT hemos denunciado las malas prácticas de algunos Directores de Zona. Esta denuncia la hemos hecho llegar a RRLL y, como siempre, nos confirman que no es política aprobada por el Banco estas malas prácticas. No se trata de facilitar datos concretos de aquellos que, con su comportamiento, atentan contra la dignidad laboral y profesional de los trabajadores, sino de evitar que se produzcan este tipo de situaciones. En otros términos, UGT busca justicia y no venganza.
Para la Unión General de Trabajadores, cualquier actitud, práctica o conducta que vulnere los acuerdos, los pactos, o que suponga un ataque contra los trabajadores, es y será objeto de denuncia. Está en nuestro ADN sindical la negociación y el compromiso, pero también la reivindicación y la defensa sin condicionamientos de los derechos sociales, laborales y personales de los trabajadores, y es en este campo en el que ni podemos ni queremos hacer dejación de nuestra responsabilidad, no sólo con nuestra posición como empleados del Santander, sino también con la Sociedad.
Es fundamental que eliminen y pongan freno a todo tipo de instrucciones o mensajes que propicien, alienten o incentiven situaciones despóticas y trasgresoras. Los empleados del Santander no somos sólo un “Recurso Humano”, somos personas, con sentimientos, problemas, emociones y condiciones y nos merecemos un respeto, como cualquier ser humano, no sólo personal también profesional.
Por eso la amenaza, el insulto, la descalificación, la falta de educación debe ser erradicada por completo de la cotidianidad laboral. UGT ha defendido siempre que es más rentable y productivo un ambiente de trabajo sano, relajado y comprometido, en lugar de insalubre, tenso e impuesto.
Por otro lado no podemos olvidar que una política empresarial que promueve, salvo que se demuestre la contrario, jornadas de 10 o 12 horas diarias de trabajo, atenta contra todos los criterios y planteamientos sindicales, por lo que no cabe “rasgarse las vestiduras”, suponen un fraude social y, a nuestro juicio, una violación de normas como la conciliación. Los límites están perfectamente pactados y regulados en el Convenio Colectivo y en los acuerdos con el Banco, 1700 horas anuales.
UGT vuelve a apelar a la racionalidad para poner freno a este modelo, pero tal y como hemos manifestado, nos reservamos el derecho de denunciar a los que con su actitud contribuyan a generar ambientes nocivos, no sólo ante los responsables del Banco, sino en cualquier otro ámbito. No se trata de venganza, sino de Justicia.

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