Para algunos las motivaciones
comerciales rayan en comportamientos agresivos contra los trabajadores.
Últimamente en varias
circulares, UGT hemos denunciado las malas prácticas de algunos Directores de
Zona. Esta denuncia la hemos hecho llegar a RRLL y, como siempre, nos confirman
que no es política aprobada por el Banco estas malas prácticas. No se trata de
facilitar datos concretos de aquellos que, con su comportamiento, atentan
contra la dignidad laboral y profesional de los trabajadores, sino de evitar
que se produzcan este tipo de situaciones. En otros términos, UGT busca
justicia y no venganza.
Para la Unión General
de Trabajadores, cualquier actitud, práctica o conducta que vulnere los
acuerdos, los pactos, o que suponga un ataque contra los trabajadores, es y
será objeto de denuncia. Está en nuestro ADN sindical la negociación y el
compromiso, pero también la reivindicación y la defensa sin condicionamientos
de los derechos sociales, laborales y personales de los trabajadores, y es en
este campo en el que ni podemos ni queremos hacer dejación de nuestra
responsabilidad, no sólo con nuestra posición como empleados del Santander,
sino también con la Sociedad.
Es fundamental que
eliminen y pongan freno a todo tipo de instrucciones o mensajes que propicien,
alienten o incentiven situaciones despóticas y trasgresoras. Los empleados del
Santander no somos sólo un “Recurso Humano”, somos personas, con sentimientos,
problemas, emociones y condiciones y nos merecemos un respeto, como cualquier
ser humano, no sólo personal también profesional.
Por eso la amenaza, el
insulto, la descalificación, la falta de educación debe ser erradicada por
completo de la cotidianidad laboral. UGT ha defendido siempre que es más
rentable y productivo un ambiente de trabajo sano, relajado y comprometido, en
lugar de insalubre, tenso e impuesto.
Por otro lado no
podemos olvidar que una política empresarial que promueve, salvo que se
demuestre la contrario, jornadas de 10 o 12 horas diarias de trabajo, atenta
contra todos los criterios y planteamientos sindicales, por lo que no cabe
“rasgarse las vestiduras”, suponen un fraude social y, a nuestro juicio, una
violación de normas como la conciliación. Los límites están perfectamente
pactados y regulados en el Convenio Colectivo y en los acuerdos con el Banco,
1700 horas anuales.
UGT vuelve a apelar a
la racionalidad para poner freno a este modelo, pero tal y como hemos
manifestado, nos reservamos el derecho de denunciar a los que con su actitud
contribuyan a generar ambientes nocivos, no sólo ante los responsables del
Banco, sino en cualquier otro ámbito. No se trata de venganza, sino de Justicia.
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