Entre el jueves y el viernes pasado, tanto Emilio Botín, como Francisco González, de igual modo que Isidro Fainé confirmaron, finalmente, su presencia en el
proceso de subasta de Catalunya Caixa. Nada nuevo para FROB, que conocía estas intenciones tras
el "presounding" realizado por N+1 a Santander, BBVA y Caixabank, durante
diciembre pasado. En estos encuentros, y más tarde en conversaciones con el
Banco de España, se ofreció una fórmula para facilitar la venta de Catalunya
Caixa: repartirla entre Santander, BBVA y Caixabank.
La propuesta fue desechada, pese a que se llegó a
estudiar la proposición de los bancos. Santander y BBVA quieren crecer en
Catalunya. Es un foco importante de negocio. Pero ninguno de estas dos
entidades, al igual que Caixabank, efectuarán una oferta agresiva por Catalunya
Caixa. Igual no quieren un 13% de cuota en Catalunya (porcentaje que ofrece
CX), pero sí un 6%. Por eso, se ofreció la opción del reparto, para facilitar
la venta.
Efectivamente, tanto Luis de Guindos, ministro de
Economía, como el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), han
descartado en las últimas semanas la opción del troceo porque consideran que
una venta en bloque podrá maximizar el precio de Catalunya Caixa.
A día de hoy, Santander y BBVA realizarían una
proposición más conservadora que Caixabank, sin que la oferta de Fainé fuera
tampoco desorbitada. Sucedería igual que en Novagalicia, la puja de Caixabank
sería un poco mejor que la de los otros dos grandes, según confirman fuentes
conocedoras del proceso. Botín, Francisco González y Fainé solicitarán al FROB
un millonario esquema de protección de activos, que podría llegar a los 5.000
millones, por absorber Catalunya Caixa. “No sabemos lo que nos vamos a
encontrar en sus libros. La situación de la entidad (CX) se ha deteriorado
desde que se suspendió la última subasta, hace casi un año”, confirma un alto
ejecutivo.
El FROB es consciente de que una subasta ‘nacional’
de Catalunya Caixa iría al traste con su intención de lograr un retorno
positivo de su inversión, como sucedió con la venta de Novagalicia a Banesco.
Por eso, Antonio Carrascosa, director general del fondo de rescate, lleva
semanas reuniéndose con inversores extranjeros para convencerles de que acudan
a la puja.
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