El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, declaró ayer viernes, durante apenas 20 minutos ante el juez de la Audiencia Nacional
Fernando Andreu como testigo en la causa en la que se investiga la fusión y
salida a Bolsa de Bankia.
Botín ha sido recibido y despedido del tribunal por medio centenar de afectados
por las participaciones preferentes de Bankia, a los que ha "saludado" con su mano derecha.
Tanto a su llegada como a la
salida, los manifestantes han hecho sonar sus silbatos y han proferido gritos
como "¡ladrones!", "Nuestros ahorros, vuestro Botín" o
"Bankia robando y el Gobierno apoyando".
Botín, que llegó a la Audiencia
Nacional con más de una hora de antelación sobre el horario de su declaración, fue preguntado por el objetivo de las reuniones que mantuvo con el ministro
de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, en los días previos a la
dimisión de Rodrigo Rato como presidente de la entidad.
El juez Andreu interrogó también a los presidentes de Caixabank y BBVA, Isidro Fainé y Francisco
González, que también participaron en las reuniones con De Guindos.
Estas reuniones, reveladas por
De Guindos en la declaración por escrito que envió al juez instructor, se
produjeron después de que el 4 de mayo Rato presentara su último plan de
viabilidad para la entidad y antes de que el día 7 se hiciera pública su
dimisión como presidente y su sustitución por José Ignacio Goirigolzarri.
El ministro indicó que las
reuniones se enmarcaban en los contactos habituales que tenía con los
responsables de las principales instituciones financieras españolas para
analizar la situación del sistema financiero, la crisis de la zona euro, la
evolución y perspectivas de la economía nacional e internacional, las
principales variables financieras, en particular la evolución del crédito y
acceso a la financiación, y las iniciativas legislativas europeas con impacto
en el sistema financiero.
No parece desde luego habitual
que los cuatro presidentes de las cuatro principales entidades financieras
españolas (todas ellas sistémicas) se reúnan dos veces
seguidas en el escaso periodo de dos días y que además la segunda de tales
reuniones tuviera lugar un domingo, en el despacho oficial del propio Sr. De
Guindos.
Desde luego, la presencia de
los tres banqueros en ese encuentro no parece casual o fortuita, habida cuenta
de que coincidieron con la crisis de Bankia.
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