La flexibilidad laboral sólo se aplica
hacia abajo. Es la conclusión que deja el análisis de la evolución salarial de
las grandes empresas españolas que muestra que casi la mitad de las cúpulas
directivas dispone de contratos blindados. En concreto, hay 252 directivos con
blindajes lo que representa el 46,3% de los consejeros ejecutivos y directivos
en las empresas del IBEX.
Según ese
seguimiento, las retribuciones de las directivas han aumentado mientras se
desplomaban los beneficios. La remuneración directiva ha crecido un 22,9%
mientras los beneficios empresariales caían un 13,9%. En euros, eso significa
que las empresas destinan ahora 67 millones de euros más a pagar a sus
direcciones, en total casi 370 millones frente a los 303 que destinaron el
pasado año. El salario medio de esos ejecutivos es de 788.808 euros, frente a
los 648.540 que cobraban en el año 2007.
Como resultado de esa política, el pago
de los consejeros y directivos de las empresas se come ya el 1,2% de los
beneficios declarados por las compañías, es decir, el doble de lo que
representaban cuando comenzó la crisis en el año 2007.
Como
consecuencia de la “flexibilidad” laboral impuesta por la reforma y las rebajas
salariales que el INE cifra en el 8,7% en el último año, la diferencia entre
las nóminas de los directivos y de los empleados aumenta. Así el salario medio
de los directivos multiplica por 23,8 al del trabajador medio en 2011, cuando
esa diferencia era de 22,1 veces cuando comenzó la crisis. La brecha salarial
entre ambos colectivos ha crecido un 7,7%.
Por su parte,
los consejeros ejecutivos han aumentado su distancia con el salario de los
trabajadores un 9,4%, según las cifras del sindicato.
La
flexibilidad que buscaba la reforma laboral se ha traducido en ocasiones en
despidos. Según la Encuesta de Población Activa (EPA), el tamaño de las
plantillas ha menguado en 850.000 personas. Aunque la cifra incluye las
reducciones de empleo del sector público, el INE atribuye la mayor parte del
ajuste laboral a la empresa privada.
Sin embargo, el
recorte de las plantillas ha corrido paralelo al aumento del tamaño de los
consejos de administración. En total, el número de consejeros ha aumentado un
1,7% y se sitúa en 482 frente a los 474 que había antes de que comenzara la
crisis.
Ante esas
cifras, los dos ajustes que pretendía la reforma laboral (el salarial y el de
plantillas) parecen aplicarse sólo de puertas afuera de los despachos
directivos.
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