El proceso de venta de Catalunya Banc se ha quedado en nada ya que las ofertas recibidas por él,
según el FROB, no han sido relevantes.
El problema de la venta de esta entidad
es que una vez vendida no contará con más ayudas, es decir, se rechaza poner un
esquema de protección de activos.
Parece ser que
el Gobierno no quiere que esta venta aumente el déficit. La entidad ha recibido
12.050 millones de euros en ayudas, y si se vende por menos de esa cantidad, lo
asumiremos todos los españoles. Europa obliga a vender, pero el Gobierno tiene hasta finales
de 2016 para hacerlo.
Todo esta
situación es un despropósito. Metemos dinero público, siempre diciendo que
estos rescates nos harán ganar dinero, pero a la postre nos cuesta dinero.
Cuando intentamos salvar los muebles con una venta, es imposible. Era una
operación a fondo perdido.
Y lo curioso
del tema es que ahora proponen fusionarla con Bankia, nuestro verdadero banco
malo. Si al final no logramos que Bankia entre en beneficios en un breve lapso
de tiempo y que sea atractivo para una adquisición potente, todos los españoles nos vamos a
comer los 100.000 millones de euros del rescate y lo que esté por llegar.
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