España ya tiene otro motivo
para llenarse orgullo y satisfacción: la solución del Gobierno a los males del
mercado inmobiliario español, Sareb, se ha convertido en la mayor inmobiliaria de Europa, según cifras de Analistas Financieros
Internacionales (Afi). El valor de sus activos duplica al del número dos de la
lista, el banco malo irlandés (NAMA) y hace que a su lado el tamaño del resto de las grandes
inmobiliarias europeas parezca irrisorio.
Como ya se sabe, el coloso
inmobiliario que nuestros políticos se niegan a llamar banco malo, echó a andar
recientemente con 36.695 millones de euros en créditos a la promoción
inmobiliaria, inmuebles, promociones en curso y suelo. A este dinero,
procedente de las cuatro entidades nacionalizadas (BFA-Bankia, Catalunya Banc, Novagalicia y Banco de Valencia),
pronto se sumarán los activos del resto de bancos en apuros, con lo que se prevé que alcance un valor de 65.000 millones de euros en total.
La cuestión aquí es si
verdaderamente esos 65.000 millones de euros son valores reales o si por el
contrario, se trata de apuntes contables que sobrevaloran el valor real en el
mercado de dichos activos. A pesar de los importantes descuentos con los que Sareb
adquirió estos activos, es de temer que el valor de los mismos aún se encuentra
sobredimensionado, lo cual lleva a cuestionar seriamente si es factible esa
rentabilidad del 15 % que el Gobierno pretende obtener con su venta a costa de no pinchar la burbuja inmobiliaria.
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