La
cifra de parados en
España rebasó en el 2012 otro récord pero se quedó a las puertas de saltar la
barrera psicológica de los seis millones de desempleados. El año pasado acabó
con 5.965.400 parados, lo que supone un 26,02% de la poblacion activa, según la
encuesta de población activa (EPA) del cuarto trimestre hecha
pública hoy por el Instituto Nacional de Estadistica (INE).
La destrucción
de empleo se mantuvo con una elevada intensidad
y se llevó por delante un total de 363.300 puestos de trabajo en el cuarto
trimestre y 850.500 en todo el año. Sin embargo, la reducción de la población activa en una cifra insólita de 176.000
personas que abandonaron el mercado de trabajo en los últimos tres meses y de
158.700 en el conjunto del 2012 hizo que el paro no superara los seis millones,
a pesar de lo que habían adelantado la Comisión Europea y algunos estudios. La
EPA contabilizó 691.700 desempleados más en todo el ejercicio pasado y 187.300
en el últim trimestre.
Hay, además, 1.833.700 hogares donde todos sus miembros en activo se
encuentran en desempleo, un 16,4% más que hace un año.
En Catalunya, el
desempleo creció en 44.700 personas en el cuarto trimestre y en 109.700 en todo
el año y cerró el 2012 con un total de 885.100 parados, lo que supone una tasa
del 23,94%. Catalunya fue la segunda comunidad autónoma (por detrás de Madrid)
en la que se destruyó más empleo en los últimos tres meses al desaparecer
73.100 puestos de trabajo, que se vieron suavizados por el abandono del mercado
laboral de 28.300 activos. En todo el 2012, se perdieron 195.400 empleos y
85.700 activos.
En cuanto al paro
juvenil, la tasa de paro sigue desbocada y acabó el 2012
con un 55,13% en los menores de 25 años, que llega al 74% en el colectivo de 16
a 19 años.
Hay alternativa si se cambia el objetivo de la política económica: no
tiene sentido seguir afirmando que esta es la única política posible porque no
es cierto. Hay alternativa porque lo que hay que hacer es proteger a los que se
han visto más perjudicados por la larga crisis que atravesamos y que cada vez
se encuentran con mayores dificultades para reincorporarse al mercado de
trabajo; hay que hacer políticas que favorezcan el mantenimiento y la creación
de tejido industrial en sectores de mayor aportación de valor añadido y con
mayores posibilidades de crecimiento duradero y sostenido; y hay que procurar
que los jóvenes tengan oportunidades, porque son el capital de futuro más
valioso que tenemos; y hay que valorar la experiencia y el saber hacer de los trabajadores
que ahora no tienen oportunidades, porque son el capital actual que tenemos tan
desaprovechado. Estos son los objetivos que hay que lograr, antes que la
reducción del déficit y el abismo al que nos lleva.
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