sábado, 13 de octubre de 2012

La OIT da un repaso al desempleo en el mundo

Durante la reunión anual que mantienen en Tokio el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, la Organización Mundial del Trabajo (OIT) ha presentado unas estadísticas de esas que meten el dedo en la herida y que deberían obligarnos a hacer una profunda reflexión: el número de desempleados en todo el mundo el próximo año será de 207 millones de personas.
Los cálculos iniciales de la OIT apuntaban a la pérdida de cuatro millones de empleos en 2013, pero la desastrosa evolución de la crisis económica les ha obligado a revisar este valor al alza, incrementando esta cifra hasta los siete millones de nuevos parados el próximo año.
Desde que comenzó la crisis hace cuatro años, 30 millones de personas han engordado las cifras del desempleo mundial, lo que pone de manifiesto los devastadores efectos que la actual coyuntura económica ha tenido sobre los mercados de trabajo de todos los países del planeta.
Guy Ryder, director general de la OIT, también ha puesto de manifiesto un par de datos tremendamente preocupantes y que hacen latente el progresivo empobrecimiento de la población y el agravamiento de las consecuencias de la escasez física de recursos . De un lado, avisa de que 900 millones de personas viven ya por debajo del umbral de la pobreza de dos dólares por persona y día. Aunque la mayoría de estas personas pertenecen a países no desarrollados, el incremento en el mundo occidental del número de personas que viven en la miseria es también notable.
Por otro lado, Ryder también considera preocupante que un tercio de las personas sin empleo sean menores de 25 años. Desde estas páginas siempre he defendido que los jóvenes son el motor de cualquier economía y estos datos, que podrían parecer propios del tercer mundo, forman ya parte de la realidad en países como Grecia o España.
Ante esta situación, ¿qué hacer? Los distintos gobiernos de cada país deben asumir que el desempleo es el actual punto débil de las economías, tanto desarrolladas como en vías de desarrollo. La prosperidad sólo se alcanzará con el empleo. Ni los ajustes ni el endeudamiento conseguirán ayudarnos a salir de esta crisis si las personas no consiguen trabajar. Tristemente, hemos llegado a un extremo en el que tener trabajo parece ser un privilegio, cuando esto no es más que un derecho al que cualquier ciudadano debiera tener acceso sin problemas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario