El 25% de los contratos
temporales que se firmaron en julio duraron menos de una semana. Un porcentaje
que, pone de manifiesto el alto índice de temporalidad y precariedad que tiene
nuestro mercado laboral y que el Gobierno no quiere ver.
 A esto se suma el que, en puros términos desestacionalizados,
el paro continúa subiendo, ya que restándole este factor, el número de parados
en el mes de julio habría subido aproximadamente algo más de 32.000 personas.
El Ejecutivo de Mariano Rajoy está más preocupado por endulzar
la realidad y caer en la autocomplacencia, ante unos datos que computan como
puestos de trabajo (empleos de muy pocos días), que por afrontar en serio el
necesario cambio de modelo económico que necesita España.
Esa ausencia de modelo alternativo, se hace evidente no
solo por el elevado número de contratos de baja calidad, sino también porque
en el cambio de tendencia económica, el Gobierno estaría apostando a salir de
la crisis por el mismo sitio por el que entramos, ya que el registro de
parados baja en actividades de poco valor añadido.
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