Jefes tóxicos en el Banco Santander en Catalunya

Nuevamente salimos a denunciar la actuación de otro Jefe de Zona, ¡otro más!, el cual ya mereció una circular nuestra el pasado 12 de abril. Hoy hemos publicado una circular denunciando los malos modos que se emplean en la zona número 2 de esta Territorial: Catalunya.

En esta Territorial hay personas que ocupando puestos de responsabilidad, hacen mal uso de su superioridad jerárquica, provocando desgracia a personas que se ven obligadas a soportar su mala educación. Estos jefes tóxicos son mediocres en comportamiento social, personas sin respeto por los demás, sin empatía, y sin valores; siendo común en gentes de este tipo su incompetencia para gestionar grupos humanos, aunque intentan ocultar este déficit dando rienda suelta a su agresividad.

Un directivo debe reprimir sus bajos instintos, igual que lo hacen sus subordinados. Y la empresa no solo debiera manifestarse en contra de esos comportamientos, sino que tiene la obligación de actuar para detectarlas y erradicarlas, porque estos emisores de toxinas son dañinos en cualquier organización.

La laxitud de la dirección de esta Territorial manteniendo a quienes aplican la agresividad para gestionar personas, solo es entendible como estrategia que apuesta por resultados en el corto plazo, con independencia de cómo se consigan y, de los efectos colaterales en las personas, que bajo las órdenes de estos emisores de toxinas laborales, soportan desprecios, desplantes, correos insolentes y broncas humillantes.

Hace ya tiempo que en esta Territorial se sufren algunos comportamientos más propios de los Faraones, Latigueros, Capataces Algodoneros…, capaces de transformar el día a día de muchos/as empleados/as que los soportan en una auténtica pesadilla.

Es un compromiso de UGT, la denuncia pública de aquellos jefes tóxicos que contaminan, tanto la salud de las personas a su cargo, como la estrategia y objetivos del Banco, el cual, en contra de sus propios intereses otorga vía libre a sus inadecuadas y vergonzantes maneras.
Creemos que se nos entiende sin gritar.