martes, 27 de septiembre de 2016

La rentabilidad por los suelos y la digitalización, empujará al sector financiero a nuevos recortes y más fusiones

El recorte de plantilla en que está inmerso el sistema financiero, está lejos de tocar fin, como lo prueba el último ajuste de hasta 3.000 puestos de trabajo anunciado por el Popular. La factura para el empleo bancario desde que estalló la crisis, así, se eleva ya por encima de los 83.000 trabajadores y los expertos estiman que sobrepasará los 90.000 en el futuro próximo.  
Desde el máximo alcanzado en el 2008, el sector ha destruido 75.347 empleos, el 27% de los que había entonces, hasta cerrar con 202.954 el año 2015, último del que hay cifras oficiales. Desde entonces, varios bancos han anunciado o puesto en práctica ajustes extraordinarios: Santander (1.380), BBVA por Catalunya Caixa (1.557), Popular (entre 2.900 y 3.000), Liberbank (1.090) y Ceiss (850). Solo con ello ya se alcanza un recorte de 83.224 empleos, al que habría que sumarle la reducción ordinaria que se viene produciendo por empleados que se jubilan o cambian de empresa y no son sustituidos. 
Funcas, la fundación de las antiguas cajas de ahorro, calculaba la pasada primavera que el sector iba a recortar 14.688 empleos hasta el 2019. Descontados los 7.877 anunciados, restarían 6.811, con lo que el ajuste sobrepasaría ya los 90.000. Sin embargo, muchas fuentes en el sector admiten que la institución pudo quedarse corta y que la factura final podría sobrepasar los 100.000 puestos de trabajo. 
Por otra parte, el Banco de España y el Banco Central Europeo llevan más de un año urgiendo a las entidades a tomar medidas ante el desplome de la rentabilidad (5,6% en el 2015). Estas pasan básicamente por el recorte de costes (léase, empleos y oficinas), pues se entiende que con el actual escenario de tipos poco se puede hacer por mejorar los ingresos, más allá de aumentar el cobro de comisiones. Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, lo decía claro el pasado miércoles, al decir que "la reestructuración no se ha completado en el ajuste de la base de costes pese a que el sistema es un tercio del que era hace años". 
La necesidad de recortar gastos explica que se lleve tantos meses hablando de una nueva ronda de fusiones para ahorrar mediante sinergias de costes. Una nuevas uniones que, además, podrían dar lugar a mayores recortes de oficinas y empleos que las producidas en los primeros años de la crisis.

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