La filial estadounidense del Banco
Santander ha vuelto a suspender los test de estrés que la Reserva
Federal estadounidense (la Fed) realiza a los 33 mayores bancos del país. Es el
tercer año que la entidad no supera este examen, dividido en pruebas
cuantitativas (centradas en la evaluación de las reservas de capital de las
entidades y cómo afrontarían diferentes escenarios de crisis) y cualitativas
(se valoran los procesos de gestión del banco, así como análisis de riesgo).
Este año, el problema del Banco Santander han sido las pruebas cualitativas, ya
que la Fed considera que no tiene suficiente capacidad para hacer frente a una
crisis y en este caso, lo que pretende el organismo presidido por Janet Yellen
es evitar que se repita un colapso como el que se produjo tras la caída de
Lehman Brothers.
Es el tercer año que la filial del Santander en EE. UU. suspende la prueba,
a pesar de que el banco central ha detectado progresos, que de momento son
«insuficientes».
El suspenso de la Reserva Federal también ha llegado hasta la filial del Deutsche Bank.
En su caso es la segunda vez que recibe el tirón de orejas. El gigante Morgan
Stanley se lleva un aprobado con la condición de que ponga en marcha
en un año una serie de cambios para solventar la debilidad.
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