Ana
Patricia Botín, presidenta del Banco Santander, acaba de fichar a Larry Summer
para su consejo asesor internacional por su "perfil digital" y, se
supone que también, por la agenda que atesora el ex del Tesoro de EE UU,
territorio en el que la banquera suma problemas sin conseguir que el banco
arranque. Como si fueran dos vidas paralelas -y digitales-, el competidor
Francisco González, presidente del BBVA, se arranca también con otro fichaje:
Ben Milne, fundador y Ceo de Dwolla, un emprendedor "fintech" que ha
enamorado a FG de un sólo golpe de vista. Ambos, Botín y González parecen
enganchados al `timo de lo digital´, como se dice abiertamente en el sector, al
parecer filón del que pretenden obtener la mejor coartada para sus resultados
futuros, pues a todo lo tecnológico se le asigna un período de maduración
largo, y así evitan presiones y se cuestiona menos su gestión. Pero hay más,
porque los socios digitales son cuestionados.
Y ¿quiénes son los nuevos socios y/o consejeros
digitales? En el caso de BBVA, se trata de Ben Milne, emprendedor y fundador
-hoy CEO- de la `fintech´ Dwola, sociedad tan polémica como polémico su
fundador, pues hace tan sólo diez meses la oficina de defensa y protección de
los consumidores norteamericanos multaba con 100.000 dólares, así como un
compromiso por parte de Dwola para cumplir 22 requerimientos y eliminar de sus
prácticas una serie de actuaciones por las que "engañaba" a los
consumidores en temas de seguridad de datos. Curiosa multa y llamada seria al
orden para una empresa cuyo principal activo era la protección y la seguridad
de los datos. Hace unos meses, González y Milne se declaraban amor recíproco y
orgullo compartido de trabajar juntos en el futuro. Y en ello andan. Las
transferencias de dinero por móviles en BBVA pasarán por el fruto de esta
alianza.
El
fichaje de Botín no es tan pintoresco como el de González; sólo más folclórico
y costumbrista, entendiendo por el mismo, un personaje del establishment norteamericano
que como Larry Summers, ex secretario del Tesoro de los EE UU, parece estar `de
vuelta´ de casi todo. De casi porque el cometido del nuevo consejero, del que
se dice `digital´ para justificar otra justificación -la transformación
comercial digital- tiene la enmarañada tarea de
despejar los caminos legales, administrativos y políticos para que Banco Santander pueda comenzar a hacer negocio en Norteamérica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario