Hay tanto trabajo extraordinario sin cobrar como en 2008, cuando había dos millones de asalariados más.
Las
horas extraordinarias no cobradas alcanzaron el año pasado su máximo desde
2008, cuando estalló la crisis. Cada semana de 2015 se trabajaron una media de
3,5 millones de horas fuera de la jornada laboral que no se retribuyeron. Más
de la mitad de todas las horas extraordinarias no fueron abonadas, según los
datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA). Y esto ocurrió con menos
horas trabajadas y menos ocupados que siete años atrás y un 14,4% más que en el
ejercicio anterior.
Este
incremento elevó este tipo de tiempo de trabajo extra a niveles desconocidos
desde el primer año de la crisis, 2008. Pero entre aquel momento y ahora hay,
al menos, dos diferencias considerables: entonces, el mercado laboral español
contaba con una media anual de 16,8 millones de asalariados, frente a los 14,8
millones actuales. La segunda variación está relacionada con el peso de las
horas no pagadas sobre el conjunto de las extraordinarias. En 2008, los 3,6
millones de horas que se hicieron sin cobrar suponían el 38,9% de los casi 9,4
millones. En 2015, este porcentaje era del 55,6%, manteniéndose la tónica
inaugurada en 2012 de que más de la mitad del tiempo de trabajo extra no se
cobra.
Esta
es una de las vías que ha seguido la devaluación salarial. Al fin y al cabo,
significa trabajar más tiempo cobrando lo mismo. Porque el concepto con el que
el INE define la hora extra no pagada es amplio: la compensación que se deja de
percibir no solo es dinero, también remuneraciones en especie o el intercambio
por tiempo libre en otro momento.
La
devaluación salarial fue una de las apuestas como mecanismo de salida de la
crisis, que se implantó de forma indirecta a través de la reforma laboral y de
forma directa con los menores sueldos de las nuevas contrataciones. Ante la
imposibilidad de devaluar la moneda —por la pertenencia de España a la zona
euro—, la alternativa por la que se apostó fue la denominada devaluación
competitiva: la reducción de la remuneración de los trabajadores.
En nuestros “post” de los
pasados martes y miércoles ya hicimos referencia a las prolongaciones de
jornada en nuestra empresa Banco Santander y en el sector financiero en general. Y por
las estimaciones que tenemos, los datos del INE sobre horas extras, se pueden quedar pequeños atendiendo a nuestra
realidad. En nuestra empresa, se pueden estar realizando del orden de 20.000
horas diarias extras sin remunerar, lo que supondría que solo en un día se
están realizando las horas que 12 trabajadores realizarían en 1 año. Dato que
resulta absolutamente escandaloso en quien se autodenomina “Sencillo, Personal
y Justo”.
Que nadie nos venda de que España está saliendo de la crisis y que somos
un ejemplo de modernidad. A trabajar sin cobrar, que es lo que realmente supone realizar horas
extraordinarias sin remunerar, se le llama esclavismo, algo que en teoría quedó
abolido en el siglo XIX.
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