viernes, 19 de febrero de 2016

Las horas extras no pagadas aumentaron de forma bochornosa en el 2015

Hay tanto trabajo extraordinario sin cobrar como en 2008, cuando había dos millones de asalariados más.

Las horas extraordinarias no cobradas alcanzaron el año pasado su máximo desde 2008, cuando estalló la crisis. Cada semana de 2015 se trabajaron una media de 3,5 millones de horas fuera de la jornada laboral que no se retribuyeron. Más de la mitad de todas las horas extraordinarias no fueron abonadas, según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA). Y esto ocurrió con menos horas trabajadas y menos ocupados que siete años atrás y un 14,4% más que en el ejercicio anterior.
Este incremento elevó este tipo de tiempo de trabajo extra a niveles desconocidos desde el primer año de la crisis, 2008. Pero entre aquel momento y ahora hay, al menos, dos diferencias considerables: entonces, el mercado laboral español contaba con una media anual de 16,8 millones de asalariados, frente a los 14,8 millones actuales. La segunda variación está relacionada con el peso de las horas no pagadas sobre el conjunto de las extraordinarias. En 2008, los 3,6 millones de horas que se hicieron sin cobrar suponían el 38,9% de los casi 9,4 millones. En 2015, este porcentaje era del 55,6%, manteniéndose la tónica inaugurada en 2012 de que más de la mitad del tiempo de trabajo extra no se cobra.
Esta es una de las vías que ha seguido la devaluación salarial. Al fin y al cabo, significa trabajar más tiempo cobrando lo mismo. Porque el concepto con el que el INE define la hora extra no pagada es amplio: la compensación que se deja de percibir no solo es dinero, también remuneraciones en especie o el intercambio por tiempo libre en otro momento.
La devaluación salarial fue una de las apuestas como mecanismo de salida de la crisis, que se implantó de forma indirecta a través de la reforma laboral y de forma directa con los menores sueldos de las nuevas contrataciones. Ante la imposibilidad de devaluar la moneda —por la pertenencia de España a la zona euro—, la alternativa por la que se apostó fue la denominada devaluación competitiva: la reducción de la remuneración de los trabajadores.
En nuestros “post”  de los pasados martes y miércoles ya hicimos referencia a las prolongaciones de jornada en nuestra empresa Banco Santander  y en el sector financiero en general. Y por las estimaciones que tenemos, los datos del INE sobre horas extras, se  pueden quedar pequeños atendiendo a nuestra realidad. En nuestra empresa, se pueden estar realizando del orden de 20.000 horas diarias extras sin remunerar, lo que supondría que solo en un día se están realizando las horas que 12 trabajadores realizarían en 1 año. Dato que resulta absolutamente escandaloso en quien se autodenomina “Sencillo, Personal y Justo”.
Que nadie nos venda de que España está saliendo de la crisis y que somos un ejemplo de modernidad. A trabajar sin cobrar, que es lo que realmente supone realizar horas extraordinarias sin remunerar, se le llama esclavismo, algo que en teoría quedó abolido en el siglo XIX.

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