Según publica el diario Expansión, las fusiones previstas para el año 2016
reducirán de nuevo el tamaño del sector, que en 2014 eliminó 14.000 empleos, el
35% de la banca de la zona euro.
La eliminación de empleos y el cierre de oficinas ha sido un denominador
común en toda Europa desde 2008 y aún está por ver cuándo acabará el proceso de
adelgazamiento.
Pero la depuración ha sido especialmente intensa en algunos países, como
España. Según los últimos datos comparables de la patronal bancaria europea
(EBF, por sus siglas en inglés) solo en 2014, la banca española fue la que más
empleo perdió de la eurozona: eliminó 14.020 puestos de trabajo, un 35% del
recorte total del sector financiero de toda la zona euro.
La purga española superó con creces a la de Italia (6.629), Grecia (5.588),
Francia (4.941) y Alemania (3.950) en términos absolutos. También fue superior
a la de estos países en términos relativos, al suponer una disminución del 6,5%
de la plantilla con relación a 2013, a excepción de Grecia, donde el esfuerzo
fue mayor (10,9%).
Los datos de la EBF no coinciden con los del Banco de España, que cifra la
eliminación de empleos en este periodo en unos 10.000, número que se eleva a
70.000 desde el inicio de la crisis en 2008. En cualquier caso, ambas
instituciones señalan a la banca española como la europea que más trabajo
perdió en 2014.
España también fue líder en adelgazar su red de oficinas, con el cierre de
1.700 sucursales el pasado ejercicio, más de las que se clausuraron en Polonia
(1.400) y en Italia (1.000), los países que la siguen en el podio de recortes.
La patronal bancaria española (AEB) incide en que el sistema financiero
nacional ha sufrido la quiebra de numerosas entidades bancarias, lo que ha
hecho necesaria una drástica reestructuración, y además se está adaptando a las
nuevas circunstancias del mercado.
Esto explica el ajuste realizado en las redes de los bancos españoles
que, por otro lado, eran más extensas en promedio que las de sus competidores
europeos, tanto en número de oficinas como en número de empleados",
sostiene al respecto un portavoz de la AEB. Y añade que "los bancos
españoles han realizado con más eficacia y rapidez este proceso de adaptación,
lo que les da una ventaja comparativa con respecto a sus competidores
europeos.
Todo apunta a que tanto la plantilla como la red comercial en España
sufrirán una nueva vuelta de tuerca porque la contención de costes de
explotación es la principal palanca de que dispone la banca en la actualidad
para mejorar su eficiencia e impulsar la rentabilidad.
Las entidades buscan que los ingresos de la parte alta de la cuenta de
resultados no se pierdan a lo largo de la cascada.
Al difícil entorno operativo actual -marcado por los tipos de interés
cercanos a cero, por una actividad económica aún débil y una intensa regulación
de solvencia- se suma la próxima ronda de fusiones prevista en 2016.
El pistoletazo de salida de las bodas bancarias que anticipan tanto las
propias entidades financieras como las autoridades (el Banco de España y el
BCE) iba a ser la cita electoral del pasado 20 de diciembre. Las dificultades
para la formación del nuevo Gobierno dilatarán algún tiempo el inicio de la
nueva carrera de fusiones.
Cuando se aclare el panorama político, se pondrá en marcha el mecanismo de
las fusiones y sin duda alguna eso va a destruir más empleo.
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