Probablemente, de lo publicado en el "post" de ayer, los afectados ya
se lo imaginen, y por su cabeza pase frecuentemente que trabajar tanto no es
bueno. Quizás quienes no lo tengan tan claro sean sus jefes que piensen que
cuantas más horas pase delante del ordenador, o cualquiera que sea su puesto de
trabajo, mejor será para la empresa. Tal vez deberían plantearse que, a la
larga, eso les pasará factura porque tendrán que gestionar su baja laboral
e incorporar a otra persona que le sustituya temporalmente perdiendo, como no,
productividad y eficiencia.
El grado de
conciliación entre el trabajo y el hogar en España, con 106 puntos, se
encuentra 18 puntos por debajo de la media global situada en 124, según el
Índice Goblal sobre la conciliación de la vida laboral y personal elaborado por
Regus, un marcador que mide los indicadores de satisfacción laboral a través de
las opiniones extraídas a escala mundial entre más de 16.000 profesionales
en más de 80 países. En general, nuestro país destaca por su baja
productividad laboral, según datos del Fondo Monetario Internacional.
Pero no son los
españoles los que más trabajan dentro del marco de la OCDE, Turquía tiene
la mayor proporción de personas que pasan más de 50 horas a la semana en su
puesto de trabajo, con un 43%, mientras que Holanda es el país con menos
trabajadores con jornadas prolongadas, con menos de un 1%. En general, para todos los países de la OCDE, en torno a un 12% de los empleados
hombres y un 5% de las mujeres tienen que estar más de 50 horas a la
semana en su puesto laboral.
Pero más allá de
los datos económicos, lo que está detrás de las interminables jornadas de
trabajo es un efecto sobre la salud.
La cantidad de
estudios evaluados, mencionados en el "post" de ayer, permite investigar la asociación entre horas
trabajadas y riesgo de enfermedad cardiovascular con mayor precisión de
lo que hasta ahora ha sido posible. Los profesionales de la salud deberían ser
conscientes de que una jornada laboral larga está asociada con un mayor riesgo
de ictus, y quizás de infarto de miocardio.
Las personas que
pasan muchas horas en el trabajo, suelen ser muy cumplidoras, con
un compromiso laboral muy fuerte y, por este motivo, tienden a minimizar sus
síntomas porque creen que no pueden permitirse dejar su puesto para ir al médico.
En cuanto a cómo
puede influir el estrés en esa asociación, no está claro. Los factores de riesgo aceptados son el colesterol alto, la diabetes, el
tabaquismo y la hipertensión. También la vida sedentaria y el sobrepeso u
obesidad. El estrés siempre aparece ahí, pero más bajo, entre otras cosas
porque es más difícil de medir. Sí se acepta más como un detonante que como
una causa.
Por otro lado, según los expertos reconocen, las personas que pasan tantas horas en su trabajo
tienden a cuidarse menos. Tienen menos tiempo para hacer deporte y
comen peor porque, entre otras cosas, el estrés te hace comer más y
alimentos de menos calidad.
En un editorial
que publica también The Lancet, el doctor Urban Janlert, de la Universidad de
Umea en Suecia, considera que trabajar muchas horas no es un hecho
desdeñable. Aunque algunos países tiene una legislación sobre este tema - por
ejemplo, la Directiva de Tiempo Laboral de la UE (2003/88/EC), no
siempre se implementa. Por lo tanto, que el tiempo de la jornada laboral sea un
importante determinante principalmente para el ictus, y quizás también para el
ataque al corazón, es un importante resultado.
La
prevención de las enfermedades cardiovasculares casi siempre se enfocan
exclusivamente con medidas preventivas médicas y personales [...] Las
condiciones de trabajo son importantes determinantes sobre la salud. El
tiempo que se pasa trabajando al día es una decisión humana. Esencialmente, si
trabajar mucho genera un daño en la salud, debería ser posible cambiarlo, algo
que no es posible modificar en el caso de otras circunstancias laborales,
afirma Janlert.
Finalmente decir que, este tipo de estudios tienen que servir como vehículo para
ver lo que puede haber más allá. Es un buen motivo de reflexión para
hacer un llamamiento al reparto laboral. Con tanto desempleo no tiene
sentido que grupos de individuos trabajen 14 horas mientras que otros están en
el paro. Debiera ser motivo de debate social y las iniciativas deben
venir de instancias gubernamentales para que se supervise el cumplimiento de
las jornadas laborales y se fomenten trabajos a tiempo parcial.
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