Escrito de Allanamiento Valores Santander |
La batalla judicial de Santander por la posible mala comercialización de los
Valores Santander tiene un nuevo capítulo difícil de creer. La entidad dio por
muerto en 2013 a un asesor comercial de una sucursal madrileña para evitar un
juicio por la venta de estos productos financieros complejos cuya correcta
comercialización se dirime ahora en la Audiencia
Nacional.
Sucedió en julio de 2013. El día 23 de ese mes, el abogado de Lola
Fernández Lado, viuda de 58 años, recibió un escrito en el que el banco
comunicaba que se acomodaban a las pretensiones de la demandante, cuando apenas
quedaban 48 horas para su celebración. En el texto de
allanamiento (que así se llama jurídicamente esta operación), la
entidad justifica su decisión porque:
"concurren una serie de circunstancias
singulares que lo diferencian de otros. Así, el empleado de Banco Santander que
informó sobre el producto de Valores Santander a Dña María Dolores Fernández
Lado falleció, y por tanto no pudo ser propuesto como testigo para que
explicara al Juzgado el modo en que se desarrolló la comercialización del
producto a la actora"
"En un escrito de allanamiento no es necesario dar ninguna
justificación", explican a eldiario.es varios abogados consultados y el
procurador de los tribunales que llevó este caso. En este sentido, el argumento
levantó sus sospechas.
Mucho más sorpresa causó el escrito en Juan Carlos Basoco, abogado de
Unive, que llevaba el caso de Lola Fernández personalmente. "Argumentaban
que no se podía proponer como testigo a Julio Sepúlveda por haber fallecido.
Pero ellos mismos, en la nota de prueba de la audiencia previa lo habían
propuesto como testigo, aceptado por el juez, e incluso facilitaron su dirección
de contacto. Con la pulcritud con la que suelen trabajar los abogados de Banco
Santander, si hubiera fallecido habrían aportado la partida defunción, pero
nunca lo hicieron ", explica Basoco.
En ese documento de Banco Santander también aparecen citados María Nieves
González Espiga, por ser conocedora de los hechos y en calidad de representante
de la entidad. Además del perito solicitado por el Banco, Julián José Barrio
Sánchez. "Por lo tanto, el juicio se habría podido celebrar incluso aunque
el testigo estuviera muerto, porque otras dos personas estaban citadas",
asegura Basoco.
Pero es que además, el muerto estaba vivo. "En el barrio me dijeron
que se había jubilado, pero paseaba habitualmente por la calle", asegura
Lola Fernández. "Lo llamé y se puso al teléfono. Le felicité por estar
vivo. Tuvimos una conversación en la que al final me dijo que iba a recuperar
mi dinero y qué más quería", asegura la afectada.
Desde eldiario.es también hemos llamado a Julio Sepúlveda Areste, quien nos
ha confirmado su identidad, pero se ha negado a hablar sobre este tema.
"La única explicación que puede tener todo esto es el interés que
tiene el banco de evitar los juicios", comenta Juan Carlos Basoco. Asegura
que su clienta, Lola Fernández, en contra de la mayoría de los afectados por la
incorrecta comercialización de estos complicados bonos convertibles, quería
algo más que recuperar su dinero y rechazó, "al menos cuatro propuestas de
acuerdo diferentes. Algunas muy atractivas económicamente", que le propuso
Banco Santander.
Ella lo ratifica: "quería ver al empleado del banco que me había
engañado sentando en el banquillo de los acusados. Les dije que estaba
dispuesta a ir al Supremo si hacía falta", explica la afectada.
Desde el Banco Santander explican el caso, alegando que el fallecido al que
se refiere su documento "fue el empleado comercializó el producto"
(por consideración con la familia consideran que no debe ser citado en esta
información*). Lo cierto es que el nombre que nos indican no figura en ninguno
de los documentos firmados por Lola Fernández ni en ninguno de los documentos
que forman el expediente judicial del caso. "El motivo es que quien firmó
y registró la orden y firmó todos los documentos de la comercialización fue
Julio Sepúlveda no el empleado que informó a la cliente de los Valores
Santander", explican en el Banco. Desde la entidad reconocen que sí fueron
ellos quienes solicitaron que el testigo del caso fuera Julio Sepúlveda, como
consta en la información a la que ha tenido acceso eldiario.es. Pero no
explican por qué 48 antes de que se celebrar el juicio los testigos propuestos
pues el banco dejaron de ser los testigos válidos.
Por su parte, la afectada asegura que la única persona con la ella habló es
con Julio Sepúlveda. "Él mismo me lo reconoció en la conversación que
tuvimos por teléfono cuando le llamé para felicitarle por estar vivo",
explica Lola Fernández. "Lo único que querían evitar es tener que venos
las caras delante de un juez", insiste.
Esa convicción hizo que con ella no triunfara la estrategia que el banco ha
seguido en este caso para evitar basada en acuerdos de
confidencialidad . De hecho, la estrategia iniciada por Emilio Botín
para acallar este escándalo se ha intensificado desde que su hija se hizo con
la dirección del banco. Aunque en su primera intervención como presidenta se reafirmó en
la correcta emisión de Valores Santander, según comentan varios
abogados especializados en este tema "cada vez son más generosos con los
clientes para evitar ir a juicio".
Los jueces cada vez están más sensibilizados con los abusos económicos y en
su contra está la multa de 17
millones de euros que les impuso en 2014 la Comisión Nacional del Mercado de
Valores por irregularidades en la comercialización. El caso tiene
una causa abierta en la Audiencia Nacional, en la que el próximo 25 y 26 de
mayo está previstos que comparezcan ante el juez Ismael Moreno los que fueran
responsables en 2007 de la Unidad Control-División de Medios y Costes, Juan de
Dios Fontecha, y de la Dirección del Área de Operaciones y Servicios Gabriel
Escalante.
Nota: el banco ha facilitado la identidad del
fallecido incompleta (sin segundo apellido), por lo que desde este diario ha
sido imposible confirmar la existencia de un parte de defunción a su nombre)
Artículo publicado el 8 de mayo en el periódico digital El Diario.es
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