A pesar de que el banco ha perdido 10.000 millones de
euros en activos desde el colapso del Banco Espírito Santo a principios de
agosto de 2014, todavía mantiene una cartera de 72.465 millones y una cuota de
mercado del 18%. Las autoridades lusas (el banco está nacionalizado desde
entonces) esperan, al menos, recuperar los 4.900 millones que emplearon
para recapitalizarlo.
Entre los posibles compradores figuraban varios
bancos chinos (Bank of China, Fosun y Angbang), otro estadounidense (Apollo) y
uno portugués (BPI), además de dos españoles más, el Popular y BBVA. Santander
participa en la puja a través de su filial lusa, el Totta, la quinta mayor
entidad financiera del país.
El
Banco de Portugal, no obstante, mantendrá aparte el “banco malo” del BES, que se
quedó tras la intervención el capital de los accionistas e inversores de deuda
a corto plazo. El problema para Novo Banco es que algunos de los abogados que
defienden a esos socios, así como distintas asociaciones de afectados,
pretenden reclamar en los tribunales que sea dicha entidad la que asuma
finalmente la reposición de sus ahorros perdidos dado que, a diferencia de su
“banco malo” sí es solvente.
En la presentación de los resultados anuales
hace ya varias semanas, la presidenta Ana Patricia Botín, no descartó entonces
realizar nuevas adquisiciones, aunque también puntualizó que no era una
prioridad en su estrategia. En todo caso, a cualquier compra que se pueda
plantear, según apuntó, se le exigirá una rentabilidad tan alta que hará que se
descarten muchas posibilidades, pues deberá lograr en un plazo de tres años un
rendimiento superior al coste del capital, que ahora mismo está en torno al 10%.
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