ADICAE intervino en la Junta General de
Accionistas del Banco Santander, en defensa de cientos de pequeños accionistas
que delegaron su voto en la Asociación. Tras la Junta de Accionistas del
septiembre pasado en la que la Ana Botín anunció “un giro en las relaciones con
clientes, accionistas y consumidores”, el representante de ADICAE, Javier
Contreras, ha señalado que la entidad nuevamente “ha vuelto a las andadas en
las prácticas heredadas, a su capricho y antojo, y ha demostrado que el
presunto giro hacia un servicio más transparente y justo, no era sino un farsa
al más puro estilo del marketing”.
Según denuncia ADICAE, la presidenta del Banco
Santander ha eludido toda responsabilidad del banco tanto para el caso de las
personas afectadas por ‘Valores Santander’ como por las hipotecas abusivas de
la Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), financiera del grupo Banco Santander.
Las y los afectados siguen adelante en sus procesos judiciales en los cuales
ADICAE esta obteniendo toda una serie de “claras victorias” que “resarcen a las
miles familias engañadas”, ante la negativa del Banco Santander a “una solución
pactada en un marco de entendimiento”, que “vendría a finalizar los procesos
judiciales, y evitar el creciente descrédito del banco”.
Como ha señalado Contreras, “la entidad justifica con vaguedades y no logra convencer de su presunta argumentación de lo beneficioso para los accionistas de su nueva política de dividendos”, que en términos finales ha supuesto una reducción del 66% en el dividendo y del 8% al 3% del beneficio por acción. También ha sido objeto de crítica y petición de aclaración respecto la reelección de la compañía Deloitte como auditora, la misma que auditó las cuentas de Bankia en su salida a Bolsa, y las “perjudiciales consecuencias” para las y los pequeños accionistas de la macro-ampliación de capital, que “diluye el valor teórico de la acción y que les priva de sus derechos de suscripción preferente, en un claro trato de favor a los grandes accionistas”.
Como ha señalado Contreras, “la entidad justifica con vaguedades y no logra convencer de su presunta argumentación de lo beneficioso para los accionistas de su nueva política de dividendos”, que en términos finales ha supuesto una reducción del 66% en el dividendo y del 8% al 3% del beneficio por acción. También ha sido objeto de crítica y petición de aclaración respecto la reelección de la compañía Deloitte como auditora, la misma que auditó las cuentas de Bankia en su salida a Bolsa, y las “perjudiciales consecuencias” para las y los pequeños accionistas de la macro-ampliación de capital, que “diluye el valor teórico de la acción y que les priva de sus derechos de suscripción preferente, en un claro trato de favor a los grandes accionistas”.
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