Banco Santander ha decidido disolver su Consejo Asesor Internacional y, de paso, prescindir de los servicios de Rodrigo
Rato, que formaba parte de este órgano no ejecutivo aconsejando sobre
oportunidades de negocio en el exterior.
La disolución del consejo y la salida de Rato se
produce mes y medio después del escándalo de las tarjetas opacas de Caja Madrid
y de Bankia en el que se ha visto envuelto el ex-vicepresidente del Gobierno.
Rato mantiene un cargo similar al que tenía hasta ahora en el Santander en
Telefónica y en el banco turco Akbank.
Desde un punto de vista formal, la decisión de
disolver el consejo asesor internacional se debe a que el banco ha decidido
reconfigurar las relaciones de asesoramiento que tiene institucionalizadas «a
la luz de los cambios que se han producido en la situación global y que van a
continuar en la próxima década».
Para el Santander la falta de confianza del
público en la industria financiera, la revolución digital, las nuevas
tendencias de los negocios globales y, las mayores exigencias regulatorias
suponen importantes desafíos y oportunidades para el negocio que merecen un
cambio en su estructura de asesoramiento.
Por sus funciones en el Santander, Rato cobraba unos
200.000 euros anuales y el entonces presidente de la entidad, Emilio Botín,
aseguraba estar muy satisfecho por el hecho de que Rato hubiese aceptado formar
parte de la entidad.
Aunque sea de tapadillo y un poco tarde, saludamos la medida de prescindir de semejante personaje, auténtico cáncer de la economía española.
Aunque sea de tapadillo y un poco tarde, saludamos la medida de prescindir de semejante personaje, auténtico cáncer de la economía española.
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