Llegó al
Santander imputado por cinco delitos en el caso Bankia. Pese a
ello, Javier Marín, CEO del banco, ha venido defendiendo a su consejero
asesor internacional,
trimestre tras trimestre, en cada presentación de resultados. La doble imputación de Rodrigo Rato por el asunto de las tarjetas opacas,
pieza separada del caso Bankia que instruye el juez Fernando Andreu en
la Audiencia Nacional, sigue sin generar movimientos en los
despachos de Boadilla. Rato no renuncia, por el momento, a su cargo en el Santander, como
sí hizo este lunes con su militancia en el PP.
El banco presidido por Ana Botín tampoco mueve ficha pese a que su código ético es bastante
explícito en la prohibición de prácticas como las realizadas por el ex vicepresidente del Gobierno con
sus tarjetas opacas. Un Rato que vulneró también la Ley de Cajas de
2003 al fichar por el banco turco Akbank tan solo dos meses después de llegar a
la presidencia de Caja Madrid, como informó Vozpópuli este lunes.
Hasta tres
artículos del código general de conducta del Santander vulnera Rato por el escándalo
de su visa 'black'. Una normativa, cuyo incumplimiento, puede dar
lugar a sanciones laborales, sin perjuicio de otras administrativas o penales
que puedan derivarse según la infracción cometida. Rato viola hasta ocho apartados
de los artículos 21 (regalos, comisiones o facilidades financieras), 33
(protección de los activos del grupo) y 42 (obligaciones tributarias del grupo).
Además, el ex presidente de Caja Madrid y
Bankia también incumple el artículo 44 (establecimientos en países o
territorios calificados como paraíso fiscal) al poseer la sociedad Lilac Trading
Limited, como adelantó este medio el pasado julio, con
conexiones en Gibraltar y
las Islas Vírgenes británicas.
"No se
crearán ni adquirirán participaciones en entidades domiciliadas en países o
territorios que tengan la consideración de paraísos fiscales sin autorización
específica del Consejo de Administración (Rato no solicitó este permiso) previo
informe de la Comisión de Auditoría y Cumplimiento, y siempre tras un análisis
de las circunstancias concretas de la misma y de la justificación de su
oportunidad", explica el artículo 44 del citado código.
Los
artículos vulnerados por Rato por el uso de su tarjeta opaca son los
siguientes:
- 21. Regalos, comisiones o facilidades financieras
1. Queda prohibida la solicitud o la aceptación de cualquier tipo de pago,
comisión, regalo o retribución por operaciones efectuadas por el Grupo, así
como obtener de otra forma provecho de la posición que se ostenta en el mismo
en beneficio propio.
- 33. Protección de los activos del Grupo
1. Los Sujetos del Código velarán por que los activos del Grupo no sufran
ningún menoscabo.
2.
Protegerán y cuidarán los activos de los que dispongan o a los que tengan
acceso, que serán utilizados de forma adecuada a la finalidad de las funciones
profesionales para cuyo ejercicio han sido entregados.
3. No
realizarán ningún tipo de disposición o gravamen sobre los activos del Grupo
sin la oportuna autorización.
4. Cuidarán
de que la realización de gastos se ajuste estrictamente a las necesidades.
5. Cumplirán
con todos los procedimientos de control interno establecidos por el Grupo para
proteger los activos.
- 42. Obligaciones tributarias del Grupo
1. Los Sujetos del Código evitarán todas aquellas prácticas que supongan la ilícita elusión del
pago de tributos en
perjuicio de la Hacienda Pública.
2. Los Sujetos del Código evitarán en todo caso la utilización de estructuras de carácter opaco con
finalidades tributarias, entendiéndose por tales aquéllas en
las que, mediante la interposición de sociedades instrumentales a través de
paraísos fiscales o territorios no cooperantes con las autoridades fiscales,
estén diseñadas con el propósito de impedir el conocimiento por parte de las
autoridades fiscales del responsable final de las actividades o el titular
último de los bienes o derechos implicados.
Los
miembros del consejo asesor internacional quedan fuera del ámbito de este
código porque no son trabajadores de la entidad, explican fuentes del
banco. De esta manera, Rato queda fuera de estas obligaciones legales que sí
afectan, sin embargo, a todos los trabajadores, directivos y miembros de los
órganos de administración tanto del banco como de las diferentes sociedades del
grupo. "Puede que sea legal, pero no es ético ni estético que el banco
mantenga aún a Rato en su consejo asesor internacional", asegura más de un
trabajador de la entidad que ha sufrido en su oficina respectiva las quejas de
los clientes por la presencia del ex presidente de Bankia.
Todos los
sujetos del Código tienen la obligación de conocer y cumplir el Código General
y de colaborar para facilitar su implantación en el Grupo, incluyendo la
comunicación a la Dirección de Cumplimiento de cualquier incumplimiento del
mismo, o hecho que pudiera parecerlo, que conozcan.
La entidad tampoco tiene intención de tomar
ningún tipo de medida con Ricardo Morado, ex responsable de sistemas y
organización de Bankia, que gastó 448.300 euros con su visa black, y que
actualmente ejerce su labor en el departamento de Sistemas del Santander.
"El código se aplicará en este caso a partir de su actuación en el banco
no por lo que haya podido hacer en el pasado", esgrimen desde el Santander. (Información de Vozpópuli)
Y ¿Dónde queda
la ética? Por lo que se ve, es este un concepto que no se conjuga convenientemente en nuestra
entidad.
Ya pasó con
el convicto Alfredo Sáenz, a quien mantuvieron a capa y espada como Consejero
Delegado a pesar de haber sido condenado en firme.
Esto es la
más auténtica ley del embudo: cualquier empleado, que no se pase un gramo, no
ya con operaciones dudosas, sino que no se le ocurra estar por debajo de la
productividad, que ellos (los altos directivos) entiendan, porque irán a la
calle. Ahora bien, parece ser que estar condenado o imputado en algún tema de
altos vuelos, es un aval suficiente, algo así como un
sello de garantía en nuestra empresa para estar en un alto cargo y cobrar una “pasta
gansa”.
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