miércoles, 24 de septiembre de 2014

Hay que plantarse y decir no a la prolongación de jornada

Desde hace ya mucho tiempo, bastantes compañeros/as llevan a cabo diariamente, muchas horas extras. De forma cotidiana de lunes a jueves por lo general y en una cantidad cercana a las 3 horas diarias. Todo ello, bien para atender asuntos de su trabajo diario que no hay forma de sacarse de encima, bien porque el/la director/a de zona de marras se lo exige, bien porque se le cita a algún taller, cursillo, multiconferencia, etc.. Y nadie con responsabilidad en esta casa, les está diciendo nada sobre voluntariedad, ni tampoco de la compensación económica o en tiempo libre pertinente. 

¿Por qué estamos cayendo en la cultura de que prolongar la jornada es algo habitual? ¿por qué unos se acostumbran a insinuar o mandar hacer prolongación de jornada y otros a obedecer sin rechistar? 
Miles de compañeros se están dejando la salud, su tiempo libre e incluso su relación familiar en esta batalla y nadie dice nada de compensaciones. Ni económicas, ni de tiempo libre
Ya estamos acostumbrados a que, por no oír al/la director/a de zona, muchos/as compañeros/as prolongan la jornada, para intentar suplir con presencia otras deficiencias, que ni siquiera son suyas. 
Ya se apela hasta al compañerismo y a la profesionalidad para insinuar, que por las tardes se puede trabajar. Si hay que prolongar la jornada (y nos olvidamos de los millones de parados, incluidos amigos y familiares), pues se prolonga y se cobra, PUNTUALMENTE
Si caemos en el hábito de la prolongación de jornada, mal vamos. Y nos estamos tirando piedras a nuestro propio tejado, aparte de colaborar en un fraude fiscal y laboral, si encima lo hacemos gratis. 
¿Qué fuerza vamos a tener los sindicatos en seguir defendiendo la jornada continuada (en el próximo convenio, que empieza en 2015), si la mayoría de la plantilla va a trabajar gratis por las tardes, o en los procesos de integración de oficina, incluso en fin de semana? ¿Por qué no negociar en el convenio algo que ya ocurre? 
Sencillamente:

  • 1º) Porque estaríamos perjudicando a todos aquellos que tienen familia, amigos y aficiones, y les dedican el tiempo libre que les corresponde.
  • 2º) Sería muy tonta la patronal si pagara por algo, que con amenazas, insinuaciones o palmaditas en la espalda, ya consigue gratis. 
¡Hay que plantarse de una vez y decir basta! Cuanto más tardemos, peor será. Más fraude, más mentiras y menos capacidad reivindicativa.
Por nuestra parte, estamos ultimando los pasos necesarios para situar este tema en el ámbito de la Inspección de Trabajo.

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