lunes, 12 de mayo de 2014

La entrada en vigor de la tasa Tobin se aplaza al 2016


Lejos de los acuerdos que recientemente han alcanzado los estados miembros de la Unión Europea, en los que se decidió aplicar la Tasa Tobin (impuesto que gravaría las transacciones financieras) para el próximo año 2015, parece que ahora no se aplicará hasta enero de 2016.
De esta forma, y tras el nuevo acuerdo alcanzado, la nueva Tasa Tobin se aplicará ahora por fases para (primero) evaluar correctamente su impacto, reduciendo al mínimo la distorsión, gravando primero las acciones y los derivados sobre acciones. Este pacto europeo supone además una recaudación mucho más pequeña de la que se anunció a bombo y platillo hace un mes, ya que lo que ahora  se plantea es aplicar solamente una décima parte de lo que se dijo anteriormente
El plan original de lo acordado pretendía gravar con un porcentaje del 0,1% a todas las transacciones de acciones y bonos y con un 0,01% los derivados de acciones. Gracias a esta tasa se calcularon unos ingresos aproximados de entre 30.000 y 35.000 millones de euros al año (unos 5.000 para España). Pero todo aquello parece que ha quedado en agua de borrajas, y según reconocen los propios funcionarios de la UE, parece que este porcentaje del 0,1% apenas será de una décima sobre lo que se pactó en su momento, quedando la tasa sobre bonos y acciones en un 0,01%.
El desacuerdo entre los estados miembros ante la aplicación de esta tasa es evidente, algunos países como el Reino Unido son totalmente contrarios a la aplicación de este nuevo impuesto y junto a Luxemburgo, Suecia, Dinamarca, Hungría, Malta y Holanda, encabeza el sector más crítico ante el acuerdo de mínimos acordado hace pocos días. Un impuesto que tendrá un impacto extraterritorial que, dicen, perjudicará al mercado interno, una tasa que perjudicará al empleo, a la inversión, a las pensiones y a los pensionistas, muy lejos de aquella idea de la "tasa a la banca" (sin comentarios).
La Tasa Tobin, conocida también como la Tasa Robin Hood, es una vieja reivindicación de muchas ONG (Oxfam al frente de ellas) que requieren de la aplicación de dichos impuestos para financiar proyectos sociales que permitan solventar los problemas sociales de los más vulnerables.
Si fuera un impuesto a las transacciones de la ciudadanía de la calle, estaría implantado antes incluso de anunciarse. Con los más pudientes siempre hay miramientos. Estarán dándoles tiempo para idear otra manera de llevar a cabo transacciones bancarias librándose de pagar un céntimo.

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