Publicar los datos con nuestros nombres, en rankings, es una mala práctica.

Vulnera la privacidad, la práctica habitual del banco de publicar, a toda la plantilla, el nombre y apellidos de un empleado, detallando sus cifras y sus datos dentro de la clasificación de resultados, bien sean comerciales o de otra naturaleza.

Que la empresa conozca y maneje dicha información es una cosa, y otra bien distinta es que la difunda para público conocimiento.

El ánimo que conlleva publicitar dicha información es incentivar una interminable y tóxica espiral de malsana competitividad interna y de clavar espuelas en quienes no salen bien en la foto, haciendo escarnio público de algunos.

Las Administraciones Públicas que velan por el uso discreto y privado de datos que puedan catalogarse como "personales" lo han dejado claro en muchas ocasiones. Un dato revelador: hasta hace poco esas mismas listas de clasificación de resultados se publicaban en papel en la revista Ideas del Grupo Santander. Ya no lo hacen.

Los compañeros de UGT Aragón han presentado denuncia ante la Inspección de Trabajo, solicitando a ésta que inste a la empresa a utilizar dichos datos de forma reservada y privada.