Según los datos del Instituto Nacional de
Estadística el IPC se situó en el mes de septiembre de 2013 en el 0,3% en
términos interanuales. UGT considera que tras esta moderación del nivel de
precios, - consecuencia del “efecto escalón” causado por la subida del IVA de
2012 -, y que debería ser tomada como una buena noticia porque supone un alivio
para las economías domésticas y una ganancia de productividad para las
empresas, encontramos un consumo que cae en picado afectando a la actividad
económica y, al empleo. Desde UGT subrayamos que el peso de la moderación de
los precios está siendo soportado en exclusiva por los trabajadores que están
sufriendo además una disminución de los salarios – confirmada por la EPA,
Eurostat y los datos de Contabilidad Nacional- mientras crecen los beneficios
empresariales. Por ello reclama un cambio en la política económica y laboral
que centre su objetivo en la recuperación económica a través de políticas
expansivas y de estímulo que traerán consigo la creación de empleo.
Según los últimos
datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el Índice
de Precios de Consumo (IPC) se situó en el mes de septiembre de 2013 en el 0,3%
en términos interanuales, lo que supone una disminución de un punto y tres décimas
con respecto al registrado en el mes anterior. Esta moderación ha sido
consecuencia fundamentalmente del “efecto escalón” causado por la subida del
IVA producida en el mes de septiembre de 2012, que deja de tener efecto en la
comparativa con los precios del mes de septiembre de este año. Por su parte, la
tasa de variación mensual del IPC ha sido del -0,2%, cinco décimas menos que la
registrada en el mes de agosto.
La inflación
subyacente, que mide la variación general de precios descontando los alimentos
no elaborados y los productos energéticos, ha disminuido ocho décimas hasta
situarse en el 0,8%, superando al índice general en cinco décimas.
El denominado
“efecto escalón”, causado por la subida de los tipos impositivos en septiembre
de 2012 -que elevaron el tipo general del 18% al 21% y el reducido del 8% al
10%, además de modificar la categoría en la que se encuadraban algunos
productos básicos, que llegaron a pasar del tipo superreducido al tipo general-
está detrás del significativo descenso que se ha registrado en el Índice de
Precios de Consumo, que se ha situado en el mes de septiembre en el 0,3%, su
tasa más baja desde noviembre de 2009 (mes en el que se registró también un
crecimiento del 0,3%). De este modo, a partir de septiembre es posible comparar
directamente los precios de los productos al eliminarse el efecto fiscal que
afectaba a la comparación de precios de productos al soportar cargas fiscales
distintas.
En primer lugar, es
conveniente señalar que pese a que una moderación en el nivel de precios de
consumo debe ser tomada como una buena noticia, en la medida en que supone un
alivio para las economías domésticas y una ganancia de productividad vía
precios para las empresas, la causa que hay detrás de esta atonía en el
crecimiento de los precios no puede ser considerada como un elemento positivo
que hable de una evolución favorable de nuestra economía.
Así, detrás de este
leve crecimiento de los precios nos encontramos con un consumo que cae en
picado, tal y como nos revelaron los datos de la Contabilidad Nacional
publicados a finales del mes de agosto (en consumo final desciende en el II
trimestre del año un 2% y la demanda nacional cae un 3,5%), afectando de manera
significativa a la actividad económica y, por tanto, al empleo, y con una disminución
de unos salarios, tanto si los medimos en términos reales (descontando el
efecto de los precios) como si lo medimos en términos nominales.
Las estadísticas
son, en este último punto, considerablemente claras y no dan lugar a error ni a
otra interpretación posible: en la Encuesta de Población Activa, publicada por
el INE, se habla de una caída del coste salarial del 0,6% en el segundo
trimestre del año, con lo que acumula tres trimestres en negativo; el Eurostat,
en una comparativa que realiza a nivel europeo sobre los costes, publica que
España es uno de los cuatro países en los que caen los salarios, en clara
contraposición con lo que ocurre en el resto de Europa; y en los datos sobre
Contabilidad Nacional se recogen descenso de la remuneración a los asalariadas
del 5%, que muestran una evolución opuesta a la de los beneficios
empresariales. Asimismo, los datos sobre costes laborales unitarios, tanto si
lo medimos en términos nominales como si lo hacemos en términos reales, son
igualmente esclarecedores, con caídas del 2,3% y del 2,9% respectivamente en el
II trimestre del presente año.
Solamente en las
estadísticas de convenios colectivos encontramos un ligero crecimiento de los
salarios, registrándose hasta el mes de septiembre una subida salarial media
del 0,56% (que se situaría en el 0,42% si tomamos sólo en cuenta los convenios
que inician sus efectos económicos en el año 2013), en línea con lo acordado en
el II AENC. No obstante, si se quiere ser fiel a la verdad y no manipular a la
opinión pública, hay que tener en cuenta que de los más de 3,7 millones de
trabajadores con convenio firmado en el año 2013, el 30% ha pactado reducirlo o
congelarlo, a lo que habría que sumar la nueva congelación salarial que
sufrirán en 2014 los 2,8 millones de empleados públicos, elementos, todos
ellos, que dan muestra de cuál es la verdadera evolución de los salarios.
El peso, en
conclusión, de la moderación de los precios está siendo soportado en exclusiva
por los trabajadores, a los que habrá que sumar, a partir del año 2014, a los
pensionistas, que verán cómo sus prestaciones pierden poder adquisitivo como
consecuencia del nuevo índice de revalorización que ha implantado el Gobierno.
Por todo ello,
desde UGT reclamamos un cambio en la política económica y laboral del Gobierno.
El objetivo prioritario debe ser la recuperación de la actividad económica a
través de políticas expansivas y de estímulo, que traerán consigo la creación
de empleo. No obstante, no es suficiente con ello, porque el empleo que se cree
debe ser de calidad si realmente queremos jugar un papel significativo en el
ámbito internacional, y para ello debe de revertirse la reforma laboral
aprobada en febrero de 2012, que fomenta la precarización y la caída de los
salarios.
Las señales, se
miren por dónde se miren, son muy preocupantes, y ni siquiera un dato que
pudiera ser bueno en otro contexto puede ser calificado como tal si se analiza
qué está detrás de su resultado. Mientras se siga apostando por los ajustes
salariales, seguirá cayendo el consumo y la inversión, la demanda interna y con
ella la actividad y el resultado final serán nuevas pérdida de empleo que nos
imposibilitará salir del círculo recesivo en el que nos encontramos.
Estamos todavía a medio camino de que sigan bajando los salarios, vienen impuestos por la Troika para que podamos devolver la deuda. Los políticos nos mienten pero saben perfectamente que los próximos años, seremos más pobres (los trabajadores) por la bajada de salarios y el aumento de los impuestos, no se pudo hacer devaluación, pues no hay peseta y se esta haciendo vía salarios. Dentro de tres años España será competitiva, pues su salario trabajador/hora productiva sera equivalente a la de Marruecos, no se rían, no es un chiste, es la realidad, entonces se creara trabajo con nuevas empresas y precarios salarios, pero entonces seremos ya un país competitivo pero los trabajadores mucho más pobres.
ResponderEliminarNo hay vuelta atrás esta es la realidad