Banco Santander
se ha convertido en un mal ejemplo para este país. El abuso al que somete
diariamente a sus empleados, exigiendo unos horarios ilegales, se ha trasladado
a otras empresas. El número de horas extra en España no retribuidas, superó el
50% en 2012, frente al 38% de 2008.
Uno de los efectos que está teniendo la crisis es el de
trabajar más por menos: los empleados cada vez hacen más horas extraordinarias
que las empresas no retribuyen. Así lo indican los datos de la Encuesta de
Población Activa (EPA): en 2012 el porcentaje de horas extra no pagadas ha
alcanzado el 54,5% del total. Esta práctica produce ahorros multimillonarios a
las compañías: en 2012, más de 2.200 millones de euros que tendrían que haber
ido a los trabajadores por trabajar de más se quedaron en los bolsillos de los
empresarios.
Los datos salen de cruzar las cifras de la EPA sobre
horas extra no pagadas con el coste de la hora extraordinaria que marca otra
encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE):
la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ECTL). Esta última muestra que el coste medio de la hora extra en 2012 fue de 15,83 euros. Si se multiplica esa cantidad por el
total de horas extra trabajadas pero no pagadas durante 2012 sale la cifra
total que se ahorraron las empresas: 2.228 millones de euros.
Los
datos del INE no sólo muestran cómo las compañías dejan de pagar sumas
formidables de dinero a sus trabajadores, sino que además señalan que la
práctica de no pagar las horas extra va en aumento con la crisis. En 2008, el porcentaje de horas extra no pagadas fue del 38,21%.
La proporción va desde entonces en aumento año tras año hasta superar el 50% en
el ejercicio que acaba de terminar: en 2012, el 54,5% de las horas extra que se hicieron no
se pagaron.
Con
esta práctica, las empresas españolas se están ahorrando más de 2.000 millones
al año; mejor dicho, se están financiando a costa de sus trabajadores por esas
cantidades. La cifra no baja de los 2.000 millones porque, aunque en 2008 el
porcentaje de horas extra no pagadas era menor, entonces se hacían más horas
extra porque había más trabajadores. En otras palabras: la proporción de horas
extra no pagadas ha ido en aumento a medida que han aumentado los despidos,
indicio de que los trabajadores que quedan están haciendo (sin retribuir) parte del trabajo de sus compañeros despedidos,
y de que el temor al paro propicia los abusos.
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