La auditoría a la banca española que se dio a conocer en septiembre como el informe Wyman costó 31 millones de euros, una factura pagada por el Banco de España y que, pese a parecer elevada, es menor que la presentada a Irlanda y estaría bien empleada si lograra el objetivo de eliminar dudas sobre las entidades financieras.
La simulación del test de estrés practicado al sector bancario español y el informe sobre las necesidades de capital, contaron el trabajo de más de 500 personas, 400 de ellos auditores procedentes de cuatro consultorías.
Aunque la factura ha sido abonada por el Banco de España, Economía pretende que el coste del estudio lo resarza el Fondo de Garantía de Depósitos, por lo que una elevada parte del mismo acabarían cubriéndolo las mismas entidades financieras.
Cabría preguntarse si no tiene el Banco de España suficiente personal bien formado y capacitado para haber realizado esta auditoría, y no tirar 31 millones a la basura.
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