miércoles, 19 de octubre de 2011

“La patronal propone fusilar a los trabajadores al alba para salir de la crisis”

Cualquier día de estos nos levantamos con un titular parecido a ese y lo peor es que casi nadie se escandalizará. Nos parecerá normal siguiendo con la tónica de abusos, recortes y propuestas que se asemejan más a las de  un estado totalitario que a una democracia plena (algo de lo que estamos bastante lejos). Ahora la patronal madrileña dice que para salir de la crisis hay que imponer el copago en la sanidad pública, apostar por la educación privada, limitar el derecho a la huelga, abaratar los despidos, etc, etc. ¿Qué será lo próximo? ¿limitar el derecho a reunión? ¿imponer el toque de queda? ¿encadenar a los trabajadores? ¿fusilarlos al alba?

El caso es que las hordas neoliberales siguen avanzando sin prácticamente resistencia sobre los escombros del Estado mientras se profundiza la ruptura social y se consolida el divorcio entre el Estado y los ciudadanos, quedando éste limitado a asegurar los mecanismos de represión para defenderse de la indignación generalizada.

El PP no se queda atrás en propuestas “democráticas”. De momento, las únicas que se han dado a conocer de cara a las elecciones del 20N son la de implantar la cadena perpetua, la reducción del número de diputados y la de la ilegalización de partidos políticos (Bildu).

Mientras tanto, el PSOE sigue con su tomadura de pelo, con Rubalcaba proponiendo iniciativas contra las que hace pocos meses votó en contra (por poner un ejemplo: el 14 de junio el PSOE votó en contra la propuesta de Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya de recupear el Impuesto de Patrimonio para las clases altas. "En este momento sería imposible aplicarlas debido a la crisis" dijeron desde el partido. Ahora es una de las propuestas de Rubalcaba.), cavando su propia tumba política y electoral, y poniendo en bandeja de plata la cabeza de los trabajadores encima de la mesa del despacho del futuro inquilino de La Moncloa.

En definitiva, quizá el ‎20N tengamos lo que nos merezcamos. Quizá sólo después otros tengan lo que merecen…

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