Los próximos test de estrés, no servirán sólo para
comprobar el estado de salud de las diferentes entidades antes de que el BCE
asuma su supervisión. Además, van a desatar una oleada de concentraciones en el
sector, que no sólo afectará a las que suspendan, ya que el examen es muy exhaustivo
y todo el mundo podrá ver sin problemas las 'tripas' de los demás. Una
oleada que los expertos vaticinan que también se dará en España y tendrá
como objetivos las entidades de tamaño mediano.
"El BCE les va a hacer la investigación gratis
y de oficio a todos los que quieran adquirir otros bancos. El problema cuando
quieres comprar una entidad es que, para poder examinarla, ésta tiene que
estar en venta o tienes que llegar a un acuerdo amistoso. Y eso suele ser
complicado", explica un experto del sector. "Con los test de
estrés todo el mundo podrá saltarse esa barrera, por lo que tendrá acceso a una
información similar a una investigación del resto de las entidades
europeas".
Se efrectuará un examen intensivo de toda la información
que hay detrás del balance y las cuentas de las entidades, que se
realiza in situ y que suele obligar a desplazar a un numeroso equipo
por parte del comprador. Obviamente, las entidades no ofrecen esa información a
nadie salvo que estén a la venta, como ha ocurrido en la reciente subasta de
Catalunya Banc. Este proceso es vital para que el comprador pueda valorar
la entidad a la hora de fijar el precio y para que se asegure de que no va
a llevarse un susto en el futuro por algo que estaba escondido en el balance.
Según otra fuente del sector, "el BCE está
logrando su objetivo de ganarse el respeto del mercado con este ejercicio,
porque el proceso está siendo enormemente complejo y preciso. Los bancos mandan
la información y el BCE se la devuelve revisada y pidiéndoles explicaciones
cuando algo no les cuadra. No es posible colársela".
Esta facilidad supone una oportunidad única que no van a
dejar escapar todas aquellas entidades interesadas en crecer mediante
adquisiciones. Por eso, la tesis generalizada en el sector es que, tras los
exámenes del otoño, vamos a ver una oleada de concentraciones en toda la zona
euro. Afectará, por supuesto, a aquellas entidades más débiles que suspendan el
ejercicio y no sean capaces de recapitalizarse sin acudir al rescate público,
que serán vendidas para evitar gastar más dinero del contribuyente. Pero no
sólo a ellas, sino que también se propondrán muchos otros movimientos
referidos a entidades sanas que interesan a otras más grandes. Otra cosa
es que al final cuajen todos, asunto que depende de precios, condiciones,
blindajes, etc.
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