CaixaBank anunció este domingo la compra de
Barclays España, una adquisición que le permitirá aumentar en más de medio millón su cartera de clientes
premium. El consejo de la entidad británica se reunió el pasado
viernes para aprobar el traspaso al grupo presidido por Isidro Fainé, que desde el estallido de la crisis ha redoblado su
apuesta por España con tres grandes bocados. La entidad cifró la operación en
800 millones de euros.
La operación supondrá quedarse con el negocio de banca personal y banca
corporativa de Barclays, que en los últimos años había llevado a cabo varios
ajustes de oficinas y de empleados por los errores cometidos en su división de
préstamos a grandes empresas. El grupo inglés tuvo que hacer provisiones de
varios miles de millones para sanear un balance que ha tenido como
contrapartida reducir su tamaño hasta ser un jugador poco significativo en el
mapa bancario nacional. Una apuesta fallida diez años después puesto que en 2003 Barclays compró Banco Zaragozano por
1.100 millones, transacción que fue acompañada por una expansión hasta
doblar el número de oficinas.
Ante esta situación, Barclays decidió la primavera pasada poner en venta su
filial española. Sin embargo, el interés que generó en el mercado fue escaso,
como demuestra que solo Caixabank presentó una oferta vinculante a finales de
julio. Ni Banco Popular ni Banco
Santander, que pidieron el cuaderno de venta, pusieron la carne en el asador.
Después de un mes de afinar los detalles, fuentes financieras indican que el
acuerdo está muy próximo y que se podría anunciar esta misma semana. La cifra
de la compra puede rondar los 800 millones
de euros.
Caixabank se quedará con las 270 sucursales de Barclays y con su algo más
de medio millón de clientes de pata negra, como se conoce en el mundo
financiero a los usuarios de rentas altas. También adquirirá el negocio de
gestión de patrimonios y banca privada, áreas donde la entidad con sede en
Barcelona es uno de los líderes del sector.
Con esta operación, Fainé dará un paso más para apuntar el negocio de Caixabank en España, que se ha reforzado especialmente durante la crisis. La institución se hizo primero con el control de Banca Cívica para crecer en Andalucía y Navarra y posteriormente se quedó con Banco de Valencia, para extender su dominio por el Levante.
Con esta operación, Fainé dará un paso más para apuntar el negocio de Caixabank en España, que se ha reforzado especialmente durante la crisis. La institución se hizo primero con el control de Banca Cívica para crecer en Andalucía y Navarra y posteriormente se quedó con Banco de Valencia, para extender su dominio por el Levante.
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