El incumplimiento de la jornada laboral, un anacronismo propio de un país tercermundista
Un paseo por la Red
de Oficinas de Banco Santander supone un viaje retrospectivo a una realidad
impropia de un país desarrollado, siendo más propio de otro continente.
En contraposición con
la afirmación “SOMOS SANTANDER”, que todos queremos compartir, esta realidad
que afecta a los empleados en su vida cotidiana, se acerca más a modelos
propios del Africa subsahariana o del Suroeste Asiático.
Lamentablemente, las
presiones y las prolongaciones de jornada son señas de identidad en Banco
Santander. Por mucho que reiteremos que la jornada no puede exceder de 1700
horas anuales y por muchos acuerdos y convenios que esgrimamos.
No podemos ocultar
que la campaña llevada a cabo por UGT, con el envío de denuncias a los
convocantes de reuniones, las denuncias a la Inspección de Trabajo y la
constante acción sindical ejercida por los delegados de UGT, han provocado una
reducción en el número de convocatorias fuera del horario establecido y ha
tenido algún efecto pedagógico sobre algunos “latigueros”.
UGT, comprometida con
las funciones que le confiere la Constitución Española y el resto de la
legislación y normativa laboral aplicable, no va a ceder un milímetro en la
legítima defensa de los derechos y condiciones laborales de los empleados y
empleadas en Banco Santander, acometiendo cuantas medidas sean necesarias en
defensa de nuestros derechos. Actualmente estamos dirigiendo escritos por cada
una de las convocatorias a los responsables territoriales de RR.HH., exigiendo
de una vez por todas que se cumpla la jornada laboral pactada. ¿Qué van a
responder?, ¿Qué argumento
utilizarán para
justificar una ilegalidad?. La realidad es que no pueden negar la evidencia y
ese escenario cotidiano convierte a Banco Santander en uno de los mayores
enemigos de la conciliación de la vida personal y familiar con la profesional.
Los hechos son los
hechos, basta con pasear cualquier tarde por las ciudades y pueblos de Somalia,
perdón de Santander España, para verificar que no cumple la jornada laboral. Es
del dominio público; lo sabe la autoridad laboral, lo sabemos los trabajadores y
lo saben quienes firman acuerdos para incumplirlos de forma sistemática.
Esperamos una
respuesta a las reivindicaciones en defensa de la legalidad ya que en caso
contrario nos veríamos obligados a ser más contundentes, no dudando en
solicitar la tutela de la jurisdicción laboral y el apoyo de la ciudadanía,
cada vez más sensible ante los atropellos que en los últimos años estamos
sufriendo los trabajadores.
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