Desde el pasado 1 de enero, los franceses
tienen derecho a desconectarse fuera del horario de trabajo. Se trata de una de las nuevas medidas de la polémica
reforma laboral del país galo, que se ha instaurado el primer día del 2017 a
pesar de la gran cantidad de protestas que provocó su aprobación durante el mes
de julio.
En la conocida como “ley El Khomri”, por el apellido de la ministra de Trabajo, se justifican las regulaciones por considerar que si las TIC están mal controladas, pueden tener un impacto en la salud de los empleados. Pero la norma no está exenta de polémica. Los críticos argumentan que introduce más flexibilidad laboral y supone un cambio en las reglas de la negociación colectiva, al primar los acuerdos dentro de la empresa sobre los convenios sectoriales.Gracias a esta medida, los trabajadores
no tendrán que estar pendientes de su teléfono móvil o de su correo electrónico
fuera de su horario laboral. Por lo tanto, el trabajo no podrá interferir en los tiempos de descanso o en vacaciones.
Algunas compañías francesas ya aplican la norma. Es el caso del fabricante de neumáticos Michelin, que ha instaurado un control de las conexiones a distancia para sus directivos, o del operador de telecomunicaciones Orange, que pide a sus empleados que establezcan tiempos de no utilización de mensajería electrónica, sobre todo durante las reuniones.
El objetivo de esta nueva normativa, que
afecta a todas aquellas empresas que cuenten con más de 50 trabajadores, busca acabar con el estrés generado por la incapacidad de
desconectar y la necesidad de estar conectado las 24 horas del día.
Según refleja el Ejecutivo francés en el
texto aprobado por el Parlamento en verano, esta regulación deberá ser llevada a cabo a través de la negociación entre el trabajador y la empresa, quienes deberán
acordar si el acuerdo tendrá validez de uno o varios años. En caso de que no se
alcance un compromiso entre las dos partes, el empresario será quien redacte una carta en la que se reflejen las reglas
de la empresa respecto a la disponibilidad más allá
del horario laboral.
El objetivo del Gobierno francés, además
de acabar con el estrés de estar conectado al trabajo durante las 24 horas del
día, es el de ayudar a las empresas a poner en marcha
dispositivos de regulación de la utilización de herramientas digitales.
Un estudio publicado el pasado mes de
octubre por el gabinete francés reflejaba
que un 37 por ciento de los trabajadores galos utilizaban sus herramientas
digitales profesionales más allá del horario laboral. Ese mismo estudio también
explicaba que un 62 por ciento estaban a favor de una
regulación, algo que se ha conseguido con la llegada
del 2017.
Por lo tanto, y pese a que la ley no obliga a desconectar del trabajo ni a recibir llamadas, sí que pretende abrir una posibilidad para que tanto
los trabajadores como los empleadores puedan llegar a un acuerdo y mejorar sus
condiciones de vida.
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