Calentar la silla no es productivo
El pasado 17 de febrero el diario El País publicaba
un artículo en el que, bajo el epígrafe que encabeza nuestra circular, se
denuncia el presentismo que impera en la cultura empresarial española.
El artículo denuncia como a pesar de las políticas de conciliación, muchas
de las empresas del IBEX 35 llevan a cabo una sistemática campaña de presión
sobre los trabajadores para hacer más horas de las legalmente establecidas.
El artículo se basa en el estudio realizado por Esther Jiménez, investigadora
del Centro Internacional Trabajo y Familia de IESE Business School que pone al
descubierto la incongruencia entre el presentismo y la productividad.
En los países nórdicos, donde la productividad laboral es muy alta, se
cumplen a rajatabla los horarios establecidos, mientras que en España se sigue
valorando pasar largas horas frente al ordenador, aunque ello no repercuta en
la mejora de los datos de la empresa. En el primer caso, además de obtener un
equilibrio real entre la vida personal y profesional se incrementa el
rendimiento laboral, mientras que cuando existen presiones para prolongar las
jornadas, se crean entornos contaminantes, en los que los trabajadores sufren
mayores niveles de estrés, demuestran mayor intención de dejar la empresa y
bajan considerablemente su productividad.
Es decir, el estudio confirma lo que desde UGT venimos denunciando desde
hace tiempo y que responde no sólo al cumplimiento de las normas y los
acuerdos, sino a la más elemental lógica y sentido común, además del fraude que
supone para la sociedad la realización de horas no cotizadas a la Seguridad
Social.
La racionalización de los horarios y sobre todo el cumplimiento de los
mismos es una demanda social cimentada en datos y estudios cada vez más
extensos que ponen de manifiesto el fracaso de una cultura laboral y de unas
políticas de empleo más propias del siglo XIX, cuando los derechos laborales
brillaban por su ausencia.
Una empresa moderna y un país moderno, pueden y deben crecer, respetando
los acuerdos, la conciliación y los intereses de los trabajadores y la sociedad
ya que ello repercute positivamente en beneficio de la empresa y por tanto en
su rentabilidad.
El presentismo es un gran error que debe ser reemplazado por prácticas que
promueven la eficiencia.
Os adjuntamos el enlace para ver el artículo completo.
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