La presidenta del Santander, Ana Botín, eligió ayer Barcelona como punto de partida de la gira que realizará por
España para reunirse con empresarios y dicen también que con empleados. Sería deseable que se hubiese pasado por las oficinas de cualquier barriada de la ciudad para comprobar como están las plantillas.
Según dicen en un comunicado emitido por al banco, el objetivo es impulsar el
negocio con pymes del banco en todas las comunidades autónomas, y sobre todo,
en aquellas en las que tiene menor cuota.
Pese a que Santander cuenta con con
presencia en 15 países, y uno de sus objetivos es consolidar su
internacionalización, uno de sus retos más inmediatos es crecer en España. Para
ello, Ana Botín ha comenzado su gira por Catalunya, comunidad en la que
Santander cuenta con una cuota de mercado mucho más pequeña que en el resto de
España –tiene el 9%, frente a una media del 14%–, a pesar del peso que tiene nuestra comunicad en
el tejido empresarial del país.
Según indicó Botín, Catalunya es estratégica para Santander, afirmó
ante un auditorio lleno de empresarios. En esta reunión, hizo referencia a los
importantes cambios que se habían producido en el sistema financiero catalán en
particular, con menos entidades –CaixaBank, Banco Sabadell y ahora entra con
fuerza BBVA con la compra de Unnim y de Catalunya Banc–, y en el español en
general. Y aseguró que uno de los objetivos del banco es crecer en cuota de
mercado en Catalunya (Santander pujó por Catalunya Banc, aunque fue BBVA quien
ganó la subasta). La idea de Santander es ser más ágil en las respuestas a sus
clientes y desplegar más gestores especializados en pymes. El grupo cuenta en
Catalunya con 434 oficinas universales, 33 de empresas, siete de banca privada
y 65 despachos de agentes. Modestamente nos parece que, por lo menos en Catalunya, agilidad y Banco Santander son polos que se repelen. Habría que cambiar muchas caras, cuya única obsesión es controlar y no aportar.
Por otra parte, antes de iniciar la gira, Ana Botín ha reordenado la cúpula del banco para
incluir a sus hombres de confianza en la filial británica del Santander. La
presidenta ha creado la dirección de Control y Coordinación de Proyectos Regulatorios,
un galón a medida de Javier Maldonado (que queda bajo la dirección de riesgo),
y ha puesto a Víctor Matarranz al frente del gabinete de presidencia.
La comisión ejecutiva de la entidad acordó
el lunes los cambios previo informe favorable de la comisión de nombramientos y
retribuciones. Maldonado, licenciado en derecho, era el encargado de costes,
organización y desarrollo corporativo de Santander UK. Matarraz, a su vez, es
ingeniero de telecomunicaciones y también se encargaba del gabinete de presidencia
en Londres (UK). Además de retornar a España, ambos directivos han sido
nombrados directores generales de Banco Santander.
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