
Además, ha manifestado que "las mujeres siguen asumiendo importantes cuotas de responsabilidades familiares que les dificulta en muchos casos la conciliación en el espacio público. Se podría decir que el machismo laboral es el segundo tipo de agresión después de la violencia de género. No queremos renunciar a la independencia económica que nos garantiza derechos de ciudadanía y la libertad de elección".
"Hay que hablar de corresponsabilidad a nivel público", ha considerado. "Según un estudio realizado por la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el trabajo no remunerado en España equivale al 53% del PIB. Según la última encuesta del INE, el 91,9% de las mujeres participan en el trabajo no remunerado, frente a un 74,7% de los hombres y las chicas dedicamos dos horas diarias más al trabajo del hogar que los chicos. Tenemos que llegar al acuerdo de cómo hacer de los cuidados una responsabilidad pública, porque el problema es público, es social y tenemos que ver cómo compatibilizamos las necesidades que esta sociedad tiene con las necesidades productivas".
Cristina Antoñanzas ha exigido más responsabilidad al Gobierno para acabar con las desigualdades en el ámbito social y laboral. "Faltan respuestas políticas que aborden el problema, las mujeres estamos diseñando estrategias propias, haciendo malabarismos para mantenernos en el mercado laboral y al mismo tiempo dar respuesta a una cuestión de Estado, que es la necesidad de proporcionar el relevo generacional de un país. Las mujeres con responsabilidades familiares, además, no pueden elegir. Bueno, a veces elegimos entre el trabajo remunerado o más trabajo no remunerado".
Además, ha reclamado menos machismo en las empresas. "Actualmente no hay ningún convenio colectivo que recoja salarios diferentes para hombres y mujeres en una misma categoría profesional. Pero la discriminación sigue perpetuándose en las empresas. La maternidad, que cubre muy poco espacio de nuestra vida y cada vez menos, sigue pesando como una losa a la hora de alcanzar la plena igualdad de oportunidades y de derechos entre hombres y mujeres. Por tanto, en el trabajo, ni los machismos son pequeños, ni son invisibles".
En este sentido, ha señalado que "los datos demuestran que las empresas no están contratando a las personas más capaces, las más cualificadas y sobre todo las más productivas. Quizá por eso, nuestro país sea el que más horas laborales realiza y donde los niveles de productividad de las empresas son los más bajos. Curiosamente los sectores que están ocupados mayoritariamente por mujeres son los que tienen peores condiciones de trabajo".
Un problema que "no solo tiene repercusiones para la mujer en el presente, también en el futuro cuando lleguemos a la edad en la que seamos pensionistas". Por ello, ha reclamado a la sociedad en su conjunto una lucha más decidida contra esta lacra. "La igualdad no es algo que atañe solo a las mujeres, sino que nos jugamos intereses colectivos. Y es que no podemos aceptar el argumento de que el crecimiento es incompatible con la igualdad. Para avanzar como país, debemos remar todos en la misma dirección".
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