La mayor parte de las personas que trabajan en
banca declaran que hacen horas extraordinarias. Básicamente lo explican por
solidaridad con el resto de la plantilla que también hace el esfuerzo y por responsabilidad
con el negocio y con los clientes, cuando no bajo presión o amenaza.
Ese mecanismo mental que conduce a un Síndrome de Estocolmo, es lógicamente antinatural, o al menos debería serlo, querer trabajar más por el mismo salario, sin embargo, en banca es algo casi "obligatorio" incluso puedes llegar a ser mal mirado si no lo haces.
Ese mecanismo mental que conduce a un Síndrome de Estocolmo, es lógicamente antinatural, o al menos debería serlo, querer trabajar más por el mismo salario, sin embargo, en banca es algo casi "obligatorio" incluso puedes llegar a ser mal mirado si no lo haces.
Interesa mucho el cómo se consigue ese efecto
tan favorecedor para la empresa (menudo chollo) sin entrar en por qué lo
consiente la administración ya que supone un fraude a la Seguridad Social y al
resto de trabajadores desempleados. Interesa más saber cómo la empresa consigue
que te "enamores" de ella, interesa saber como consigue que organices tu propio
secuestro en la oficina.
Las claves fundamentales se encuentran en el funcionamiento tóxico de grupos humanos, hay muchas técnicas que se ponen en marcha de manera inconsciente en cualquier grupo humano pero devienen tóxicas dependiendo de su intensidad y frecuencia. En el entorno laboral casi todas las empresa intenta captar y cooptar toda tu atención, te secuestran.
Las claves fundamentales se encuentran en el funcionamiento tóxico de grupos humanos, hay muchas técnicas que se ponen en marcha de manera inconsciente en cualquier grupo humano pero devienen tóxicas dependiendo de su intensidad y frecuencia. En el entorno laboral casi todas las empresa intenta captar y cooptar toda tu atención, te secuestran.
·
Todo
empieza con el casting.
La captación es fundamental. Se trata de encontrar un perfil concreto. En
banca se llama perfil comercial que incluye -entre otros- dos puntos
fundamentales: la ambición (bien entendida) y la responsabilidad. Con estos dos ingredientes es
fácil doblegar una personalidad al servicio de la empresa. La ambición siempre
es creciente y la responsabilidad suele ser infinita. En todo caso, una vez
dentro de la empresa ambas características se potencian visualizando siempre
carreras profesionales progresivas y ascendentes mientras las descendentes u
horizontales se minusvaloran. La ambición es fácil de alimentar, solamente
hacen falta promesas y un cierto tráfico de expectativas. La responsabilidad se
fomenta mediante ingeniería social caracterizando a aquellos que no cumplen con
los parámetros como irresponsables. La responsabilidad es fácil llevarla al
campo de la culpabilidad mediante mecanismos básicos de origen religioso como
el "pecado laboral" (dejadez, irte dejando cosas sin hacer, cosas que
no se deben hacer). Fomentar la culpabilidad en alguien es relativamente
sencillo cuando se ostenta una situación de superioridad. Los padres lo hacen
respecto de los hijos, los maestros respecto a los alumnos, vivimos en una
sociedad bastante culpable y poco responsable sin embargo.
·
Estrategia
de la rana hirviendo. Una vez captada la personalidad
adecuada se usa la estrategia de la rana hirviendo. Esta estrategia consiste en
ir aumentando progresivamente la temperatura comercial y la carga mental de trabajo.
Es conocido que una rana cuando la echas a un cazo de agua hirviendo salta
inmediatamente sin embargo si vas calentando poco a poco el cazo la rana morirá
hervida sin saltar. Mientras la intensidad comercial sube, la
responsabilidad-culpabilidad aumenta, el salario también lo hace pero
especialmente crece la carga mental. La saturación de carga mental es
fundamental para cualquier empresa. Mientras estamos en una situación de
ansiedad sufrimos un secuestro límbico, nuestra amígdala emocional nos sitúa en
posición de alerta constante de manera que solamente adoptamos las decisiones
inmediata y esto nos sitúa en un instanteismo constante. Vivimos en un ahora
permanente donde no existe pasado (las cosas fueron de otra manera) o futuro
(las cosas serán de otra manera) sino presente (las cosas son así) lo que nos
impide tomar cualquier decisión más trascendente o incluso pensar. Pensar
requiere un mínimo de descanso y ocio.
·
Aislamiento. Para la empresa es fundamental aislarte
de tu entorno para evitar distracciones y perturbaciones. Por eso trata de
enviarte lejos de tu familia y amigos. De esta manera estás permanentemente
centrado en el trabajo como actividad exclusiva. Este aislamiento es
concéntrico. Intenta que tú estés aislado pero también que tu oficina lo esté,
incluso que tú zona lo esté. Este aislamiento individualiza la
responsabilidad-culpa y además impide la comunicación con el resto de personas
en tu situación. Ese aislamiento será también profesional con la creación de
figuras especialistas. Existen personas como tú pero no están cerca. Las ves a
veces pero no encuentras un "semejante" con quien establecer vínculos
de solidaridad en tu entorno. Crees que lo que pasa solamente te pasa a ti. Con
ese mecanismos consiguen eliminar el pensamiento de alternativa, no entendido
como pensamiento alternativo sino como el pensamiento de escenarios
alternativos, es decir, si las cosas podrían ser de otra manera. Las cosas no
pueden ser de otra manera porque solamente te pasan a ti y dependen de un foco
de luz de decisiones que solamente te ilumina a ti. Así por ejemplo nadie
contempla que el exceso de carga de trabajo deviene de la falta de
profesionales en las oficinas y una manifiesta inadecuación respecto a la carga
de trabajo.
·
Control. El control es la base de la culpabilidad y la carga
mental. Para ello se establecen muchos mecanismos informático pero
especialmente humanos. Las reuniones de abochornamiento son esenciales. Se te
separa del grupo en función de tu rendimiento. Se llaman reuniones de castigo
donde la pena es la vergüenza pública (habitual en las plazas en la Edad Media
como método de control social). El control es exhaustivo y creciente. Control
de cifras y control de actitudes con evaluaciones de competencias. Las
conductas "alternativas" devienen marginales.
·
Uniformización. Se trata de encontrar alguna prenda
visible que te diferencia de los otros. Es una manera sencilla de crear un
"nosotros" y un "ellos". Para ello se recrimina por ejemplo
el no uso de la corbata o una vestimenta adecuada al trabajo. La uniformización
es un primer paso de la despersonalización, el ejército y la iglesia dominan
bien este tema.
·
Robotización
y anulación de la voluntad. La eliminación del pensamiento se
propugna en base a protocolos comerciales y el máximo de control por parte de
la empresa del comportamiento relacional con los clientes. Se trata de eliminar
la creatividad personal y se intenta guionizar y robotizar todo de manera que
no exista gran margen de creatividad para el profesional. Se rutinarizan muchas
tareas. La especialización contribuye a ello de manera que se hacen las mismas
cosas (complejas) pero siempre las mismas.
·
Doctrina del shock. La Doctrina del Shock es un
método sencillo de doblegar la voluntad. Se lanza una premonición (amenaza
abstracta o concreta) de futuro desastrosa que sirve como coartada para un
montón de cosas. En el mundo profesional suele ser el despido como muerte laboral.
No hay nada más grave laboralmente que el despido así que se realizan
insinuaciones constantes sobre despidos parciales (desnombramiento de cargos) y
despidos totales (estás jugando con el pan de tus hijos). Bajo este escenario
(sea real o irreal) el miedo campa a sus anchas y mezclado con el aislamiento
puede llegar a generar liderazgos despóticos y tiranos incluso con tintes
míticos sobre lo que hace o es capaz de hacer un jefe sin escrúpulos.
·
Retribución
variable y objetivos.
La retribución variable en función de objetivos intenta eliminar la tradicional
gestión horaria. Se establecen unos objetivos que generen todo el espectro de
técnicas, rana hirviendo (progresividad), aislamiento (objetivos individuales),
culpabilidad (por incumplimiento), carga mental (por falta de recursos para
llevarlos a cabo), doctrina del Shock (consecuencias de no llegar),
robotización (para todos lo mismo) y control constante. A ser posibles las
campañas se van acortando (mejor mensuales que trimestrales). Con estos ingredientes
cumplir el horario es imposible por lo tanto lo mejor es cocinar un nuevo
horario que no tiene horario. Hasta que la faena esté acabada y dependiendo del
perfeccionismo de cada uno eso puede ser nunca.
Cuando el profesional se siente
aislado, controlado, sin creatividad, robotizado, responsable-culpable y con
miedo tiene una enorme predisposición para organizar su propio secuestro y
enamorarse del zulo hasta convertirlo en su nuevo hogar.
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