UGT ha respondido a la reforma fiscal que
pide la CEOE con una propuesta que pasa por reducir impuestos a las clases
medias y asalariados, así como crear unos nuevos gravámenes para las grandes fortunas y las
transacciones financieras. Una reforma fiscal "integral" para
"recaudar más y con mayor justicia".
Nuestro sindicato asegura que el déficit
en recursos públicos de España es de más de nueve puntos respecto a otros
países de la zona euro, por lo que propone estos cambios para aumentar las capacidades
de actuación públicas.
En cuanto a los gastos, UGT propone retirar al artículo 135 de la Constitución, aprobado durante el
Gobierno de Zapatero con el pacto entre PP y PSOE y que supone dar prioridad al
pago de la deuda pública para garantizar la estabilidad presupuestaria.
También priorizar las inversiones públicas para el crecimiento, el empleo
estable, la protección social y garantizar unos servicios públicos de calidad.
Reducir la carga impositiva de los
asalariados y las clases medias y elevar la carga impositiva sobre otras rentas
como las del capital, los patrimonios elevados o grandes empresas son otras de
las condiciones que plantea el sindicato.
Para aumentar la recaudación del Estado y
poder invertir en las demandas, UGT propone un IRPF "más justo y equitativo,
donde pague más quien más tiene y todas las rentas sean tratadas igual",
modular el impuesto de sociedades en función de si las empresas reinvierten sus
beneficios para crear empleo o si aumentan los dividendos de sus accionistas.
Pedimos crear nuevos impuestos para las
grandes fortunas, a las transacciones financieras y especulativas o a la
contaminación, y evitar subidas del IVA y en ningún caso a los bienes de
consumo necesario.
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