No hay que trabajar más, hay que trabajar mejor

La plantilla de a pie, como siempre pasa, está demostrando su gran profesionalidad y capacidad de cambio y adaptación a lo que venga. Tanto en la atención al público (que la empresa cada vez nos lo pone más difícil), como en el cumplimiento de los objetivos que dependen de nosotros, se puede poner un sobresaliente a prácticamente toda la plantilla.

Relacionado tanto con un "exceso" de celo en la consecución de esos objetivos, como por la falta de plantilla y el exceso de trabajo que esa deficiencia crea, estamos asistiendo a un aumento en la apertura de expedientes disciplinarios a compañeros/as. Es necesario que la presión no nos supere. Hay que actuar con cabeza sin tomarse pequeñas libertades, aunque sea "por el bien del negocio ". La dirección de la empresa, no sólo no lo agradecerán sino que perseguirán con saña al pequeño infractor. Quienes, por otra parte, hayan creído que una mala gestión no tiene consecuencias, que tengan muy claro que eso sólo pasa a partir de ciertos niveles. No vale para la gente normal, para los que estamos en las trincheras, en las oficinas. Por el contrario, si resulta un salvoconducto para los que tienen el mando.

Máximo esfuerzo y dedicación, pero sin pisotear nuestros derechos. Profesionalidad, pero sin aceptar por las buenas que “hay que trabajar más”. ¡Como si no trabajáramos! Hay que trabajar mejor y eso, en gran medida, depende de los medios y la organización, es decir, de la empresa. Sabemos que los medios que nos han puesto, no son los mejores. Por dar un ejemplo, tenemos un sistema informático que es una auténtica porquería, impropio de estos tiempos.Y aún así sabemos que saldremos adelante… A pesar de ellos.

Quizás la política bancaria de sueldos a la que se han asimilado con tanta facilidad, ha hecho que olviden que son también empleados, y que si no pelean desde el mismo lado que todos se pueden encontrar ellos en el lugar con el que amenazan enviar a la tropa.

Es INACEPTABLE que altos cargos, en reuniones acá o allá, señalen como supuestamente sobrantes a los empleados de tal o cual colectivo que no se amilana ante sus bravatas. Si alguien sobra, son ellos.

Hoy, más que nunca, todo esfuerzo debe ir acompañado de sensatez y raciocinio.

El esfuerzo lo tendremos que poner nosotros.
El raciocinio, también.